La propagación del zika costará entre 7.000 y 18.000 millones de dólares a los países de Latinoamérica y el Caribe afectados por el virus entre los años 2015 y 2017, según un estudio difundido hoy por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Cruz Roja y que analiza el impacto socioeconómico y los efectos de la enfermedad en el desarrollo humano de la región.

«El mensaje principal del informe es sencillo: se estima que, únicamente entre 2015 y 2017, el virus del zika ha provocado unas pérdidas tangibles del Producto Bruto Interno (PIB) de 7.000 a 18.000 millones de dólares, lo que constituye una carga directa inmediata sobre los sistemas de salud y del bienestar», afirma el texto publicado en la web del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Esa carga, «a largo plazo, puede afectar a los merecidos avances obtenidos durante décadas en las áreas de salud y desarrollo social», agrega.

El informe, elaborado por el PNUD y la Federación Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR), determina que el zika podría llevar al incremento de desigualdades en la zona.

«El virus del zika tendrá un impacto significativo a corto y largo plazo en las esferas económicas y sociales en América», según un comunicado conjunto de la ONU y la Cruz Roja.

«Aparte de las pérdidas tangibles en el PBI (Producto Bruto Interno) y de las economías que dependen intensamente del turismo, y el peso que ha supuesto para los sistemas de salud, las consecuencias a largo plazo del zika pueden minar décadas de desarrollo social», afirmó la directora del PNUD en Latinoamérica y El Caribe, Jessica Faieta, a la agencia española Efe.

El estudio se centra en Brasil, Colombia y Surinam, tres de los países latinoamericanos más afectados, y asegura que las disparidades sociales que sufren estas naciones dificultaron la respuesta al virus y la asistencia a los grupos más vulnerables.

«Invertir recursos en la comunicación con las comunidades sobre la respuesta al zika puede llevar a impulsar la resiliencia, reforzar el liderazgo y a ayudar a reducir el estigma», afirmó por su parte el director de la FICR en América, Walter Cotte.

El estudio apunta que el Caribe es la zona más afectada por el virus, con un impacto cinco veces mayor que en América del Sur.