VIERNES, 29 DE NOV

La Nasa lanza con éxito la sonda solar Parker

Del tamaño de un automóvil y con un coste de 1.500 millones de dólares, la sonda Parker Solar Probe intentará atravesar la atmósfera solar gracias a un escudo ultrarresistente.  

La Nasa efectuó con éxito este domingo en Florida el lanzamiento de la sonda solar Parker que intentará adentrarse en la atmósfera del sol.

«¡Tres, dos, uno y despegue!», gritó el comentarista de la Nasa cuando se produjo el lanzamiento del cohete Delta IV Heavy con la sonda a bordo desde la base en el Cabo Cañaveral, Florida, a las 3:31.

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Del tamaño de un automóvil y con un coste de 1.500 millones de dólares, la sonda Parker Solar Probe intentará atravesar la atmósfera solar gracias a un escudo ultrarresistente.

Inicialmente previsto para el sábado, el despegue debió postergarse a este domingo por la mañana por un problema de presión de helio surgido momentos antes del despegue, señaló la agencia espacial estadounidense Nasa.

La misión de Parker es clara: convertirse en la primera nave espacial construida por el hombre en enfrentar las condiciones infernales de la corona, parte de la atmósfera del Sol que es 300 veces más caliente que la superficie de la estrella.

Parker deberá pasar así a unos 6,2 millones de kilómetros de la superficie de la estrella y atravesar 24 veces esa corona en los siete años previstos para la misión.

Acercándose más al Sol que cualquier nave espacial en la historia, el objetivo principal de la sonda es desentrañar los misterios de esta estrella, en especial, la inusual atmósfera de su superficie.

La nave está protegida por un escudo compuesto de carbono de una docena de centímetros de espesor que debe proteger los instrumentos científicos que ella transporta de una temperatura de casi 1.400 grados centígrados.

Dentro de la sonda, sin embargo, la temperatura debería ser solo de 29 grados.

Cuando esté cerca del Sol, la sonda Parker recorrerá el equivalente de un trayecto entre Tokio y Nueva York en un minuto, a una velocidad de 700.000 km/h, lo que la convierte también en el objeto más rápido construido hasta ahora por el hombre.

La corona del Sol no solo es 300 veces más caliente que su superficie, sino que también emite poderosos plasmas y partículas energéticas que pueden liberar tormentas geomagnéticas espaciales, causando estragos en la Tierra al interrumpir la red eléctrica.

Pero se sabe poco sobre estas explosiones solares.

Pronosticar los vientos solares

«Parker Solar Probe nos ayudará a hacer un trabajo mejor al predecir cuándo ocurrirá una perturbación de los vientos solares que podría afectar la Tierra», dijo Justin Kasper, uno de los científicos del proyecto y profesor de la Universidad de Michigan.

«La sonda Parker podría ayudarnos a predecir mejor cuándo podría golpear la Tierra una tormenta solar», añadió Kasper.

«Nos vamos a encontrar en un área emocionante, donde los vientos solares, creemos, se acelerarán», comentó Jim Green, director del Departamento de Ciencias Planetarias de la NASA.

«Es allí donde vemos gigantescos campos magnéticos que pasarán cerca de nosotros, cuando las eyecciones masivas de la corona se precipitan en el sistema solar», acotó.

En una muestra del interés puesto en esta misión, Parker es la única nave de la NASA que lleva el nombre de un científico aún vivo, el famoso astrofísico Eugene Parker, que ahora tiene 91 años.

Él fue el primero en desarrollar la teoría de los vientos solares supersónicos en 1958, que estudiará ahora esta sonda que lleva su nombre, ante lo cual se dijo «impresionado».

Escuchar al sol

«El Sol está lleno de misterios», comentó Nicky Fox, miembro del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins y científico responsable de la misión. «Estamos listos (…) Sabemos cuáles son las preguntas para las que queremos respuestas».

Desde hace más de 60 años los científicos han soñado con construir una máquina de ese tipo, pero solo recientemente la tecnología ha permitido fabricar el escudo necesario, agrega.

Las herramientas de la sonda deben medir las partículas de alta energía, las fluctuaciones magnéticas y tomar imágenes para comprender mejor esta corona, que es «un entorno muy extraño y poco familiar para nosotros», sostuvo Alex Young, un especialista del Sol en la Nasa.

«También escucharemos las ondas de plasma que sabemos que están circulando cuando las partículas se mueven», agrega Nicky Fox.

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