La energía atómica es «de las más limpias y seguras del mundo, porque es la que más se controla», aunque no goza de «buena prensa», afirmó un especialista del Centro de Desarrollo y Asistencia Tecnológica (CEDyAT), en medio de la polémica que desató un proyecto para instalar una nueva central atómica en la Patagonia.

El director ejecutivo del CEDyAT, Fabián Ruocco, lamentó que las comunidades de Chubut y de Río Negro le hayan bajado el pulgar a la posibilidad de construir una planta generadora de energía atómica en el pueblo rionegrino de Sierra Grande, a unos 150 kilómetros al norte de Puerto Madryn.

«Hace 70 años que Argentina trabaja con energía atómica con fines pacíficos y jamás tuvimos un accidente», manifestó Ruocco, que subrayó que la energía atómica no afecta el ecosistema ni contribuye con el «efecto invernadero».

En este sentido, trazó una comparación con los combustibles de origen fósil, una fuente de energía que podría convertir al país en uno de los principales jugadores de la industria global, en el caso de prosperar -como se espera- la producción de gas y petróleo no convencionales en el mega-yacimiento de hidrocarburos de Vaca Muerta, en Neuquén.

El especialista señaló al respecto: «Uno teme lo que no conoce. La sociedad no conoce el nivel de contaminación (que produce) la extracción de combustibles fósiles. Es terrible la contaminación en la extracción de petróleo, pero como el petróleo fue sinónimo de progreso en el Siglo XX y es el motor de la economía por lo menos en Occidente, tiene buena prensa».

«La quema de combustibles fósiles fue lo que provocó el efecto invernadero en el plantea. El cambio climático no se produce por el uso del celular o de otros dispositivos tecnológicos, sino por la quema de combustibles fósiles», remarcó.

Asimismo, enfatizó: «Si seguimos quemando combustibles fósiles, quemamos el futuro de la humanidad; el cambio climático nos va a llevar puestos como humanidad».

En declaraciones al programa de radio «Sintonía Fina», que se transmite por FM Milenium, Ruocco sostuvo que si bien no goza de «buena prensa», «la energía nuclear es de las más limpias y de las más seguras del mundo, porque es la que más se controla».

El proyecto para instalar una quinta central atómica en el país forma parte de un acuerdo con China que el gobierno de Mauricio Macri rubricó en septiembre del año pasado y que también prevé la construcción de una nueva planta en la localidad bonaerense de Lima, que sería bautizada como Atucha III, junto a Atucha II, según detalló Ruocco.

Ese convenio, indicó el experto, también estipulaba la instalación de una planta en la región norte de la Patagonia, más precisamente en Río Negro, una provincia que mantiene un estrecho e histórico vínculo con la energía nuclear, dado que allí funciona desde 1955 el Instituto Balseiro, en San Carlos de Bariloche, el primero en la Argentina especializado en ciencias y aplicaciones de tecnologías nucleares.

«Aparte de producir energía, lo nuclear se utiliza mucho en la medicina y la Argentina es exportadora de energía nuclear», dijo, e insistió en que «la nuclear es una energía de base que durante 24 horas produce energía», sin contribuir con el «efecto invernadero» ni provocar contaminación, como sí ocurre, de acuerdo con el especialista, con «las energías renovables, que tienen buena prensa, pero son muy contaminantes en la actualidad».

¿Por ejemplo?, «la eólica», resaltó.

«Los molinos funcionan con gas cuando el viento deja de soplar y la empresa tiene que garantizar una determinada generación de energía. Además, numerosas sociedades ecologistas están en contra por la cantidad de aves que matan los molinos. Es más, (en los parques eólicos) existe un servicio de limpieza de aves muertas», comentó el experto.

Finalmente, remarcó la importancia de avanzar en las gestiones tendientes a resolver en dónde se instalará finalmente la quinta central atómica de la Argentina y cuando se resuelva su lugar de construcción, planificar un trabajo con la sociedad que incluya a expertos que «escuchen los temores de la gente» y puedan «clarificar las cuestiones más técnicas».