Dar el ¡SÍ! no resulta una decisión tan fácil y más teniendo en cuenta los costos que hay que afrontar al momento de festejarlo. Salón, decoración, mesa dulce, disc jockey, cotillón, vestimenta, fotografía y video son algunos de los elementos que en épocas de devaluación terminan provocando más de un dolor de cabeza. Especialmente, si se tiene en cuenta que los presupuestos no suelen durar hoy más de 20 días debido a las subas constantes de los precios.

La organización puede realizarse de forma autónoma, adquiriendo los servicios y elementos de la fiesta por separado, contratando algún salón que cuente con prestación completa o también mediante una empresa organizadora de eventos que facilita que el estrés de los preparativos baje, pero suma unos pesos más al final de la cuenta.

Al igual que la reserva para los alojamientos en vacaciones, las bodas también tienen temporadas altas y bajas. Septiembre, octubre, noviembre, segunda quincena de febrero, marzo y abril resultan ser los meses más elegidos por los novios y novias, pero también la más cara. Por ello, las reservas tienen que ser con al menos un año de anticipación.

Consultada por Conclusión, la wedding planner rosarina Evangelina Fissore informó que si bien los precios se han elevado «muchísimo», la mayoría de los proveedores congelan los precios al momento de la contratación. Es decir, los novios o las novias que se casarán este mes con un dólar cercano a los 40 pesos y contrataron hace un año, pagaron por lo menos, la mitad.

De todas maneras, el ajuste logró alcanzar a las fiestas de casamiento y ahora se seleccionan algunos elementos por sobre otros. Por ejemplo, de acuerdo a lo aportado por la especialista, se optimizan más las cuestiones relacionadas a la comida y la barra de bebidas que a las decorativas.

Además, las fiestas numerosas quedaron en el pasado y ahora se hace una rigurosa selección de entre 100 y 150 personas, priorizando al núcleo mas privado y lo que antes era un clásico como los shows de música o baile, hoy son reemplazados por algo preparado por la familia y amigos o por la pareja misma.

A sacar cuentas…

Al igual que en el matrimonio, en la organización de la fiesta de casamiento «no todo es color de rosa». Los invitados ven el producto terminado con todos los detalles armados, novios o novias impecables y diversión asegurada, pero detrás de todo eso, hubo días, semanas y hasta meses con calculadora en mano.

Si bien al principio de la nota hablamos de temporadas «altas y bajas» y de algunas «ayudas» que proveen los servicios al momento de la contratación, que deben tenerse en cuenta, los costos resultan primordial a la hora de decir ¡SÍ QUIERO!

Por su parte, la wedding planner porteña Valeria Covelli aportó a Conclusión algunos datos importantes para planificar una fiesta. En primer lugar, vale aclarar que al momento de contratar un salón, los mismos te ofrecen paquetes ya cerrados (salón con DJ, un paquete básico de luces y el catering). A ello, hay que sumarle la ambientación como centros de mesas o decoración y algún show que, desde hace unos años fueron los más afectados por la crisis.

Sumando todo ello y si pensamos en una fiesta promedio, de unas 120 personas, los novios tienen que contar como mínimo con, 600 mil pesos. Aunque el costo siempre puede variar dependiendo de los elementos y servicios que se agreguen como pueden ser detalles de esferas de espejos, explosión de papelitos, láser y demás efectos que cuestan entre 10.000 y  18.000 pesos.

A esos gastos hay que sumarle lo que llevarán puesto los protagonistas que sumaría un total de más de 70 mil pesos teniendo en cuenta el traje del novio, el vestido de la novia que ronda los 30 ó 35 mil pesos los más básicos, -aunque algunos pueden superar los 60 mil pesos, según algunos diseñadores-, servicio de maquillaje y peinado que están al rededor de los 10/12 mil pesos y el tan deseado ramo que arranca en los 4000 pesos.

Hay detalles que, no por ser detalles hay que dejar de tener en cuenta. Ellos son, los adicionales de la wedding planner – que dependerá del valor que plantee cada una-, los souvenirs, la tarjetería y el cotillón que, entre los tres sumarían un adicional de unos 13.000 pesos.

Tener registro de ese momento único es primordial, así que, uno de los primeros servicios en contratarse es el de foto y video. Para ello, según informó a Conclusión un fotógrafo social de la ciudad, hay que contar con 30 mil pesos. Aunque hay algunos mucho más caros.

Finalmente, quienes quieren tener una ceremonia religiosa, si bien la Iglesia no tiene una tarifa definida, los novios deben pagar a modo de «contribución» un arancel establecido por cada parroquia que en algunos casos, ronda los 3.000 pesos. La ambientación de la Iglesia, en tanto, la realizan floristas independientes de la institución religiosa, con un costo aparte.

Apostar al matrimonio

Los costos son altos y cada vez cuesta más poder hacer una fiesta de casamiento como la mayoría de las parejas sueñan. Sin embargo, los rosarinos no dejan de apostar al hasta que la muerte los separe y durante el 2017 el número de parejas que pasaron por el registro civil superó en un 20% a las del 2015 y 2016 con un total de 3.822 novios y/o novias.

Sin embargo, la cifra del 2017 está por debajo de los 4.000 casamientos que se registraban años después de la Ley de Divorcio, según detalló el portal tiempodejusticia.com.ar

A eso, hay que sumarle el dato suministrado por el Registro Civil de la provincia que muestra que el año pasado hubo unas 4.400 uniones convivenciales. Es decir, un 15 por ciento más que la cifra de matrimonios.