El papa Francisco le respondió la carta que le envió una concejal que es catequista, psicóloga y vecina del pueblo Malvinas Argentinas, en la provincia de Córdoba, quien le escribió sobre la lucha de su comunidad para frenar la instalación de la mayor factoría de Monsanto, una multinacional productora de transgénicos.

La información la difundió la «Fundación La Alameda» que dirige el legislador porteño y amigo del sumo pontífice Gustavo Vera (Bien Común).

En tanto, la misiva del Papa a Vanesa Sartori sostiene: «Gracias por su correo y por todo el bien que Usted hace. A Usted, a su familia y a la Comunidad parroquial de Malvinas Argentinas les hago llegar la seguridad de mi oración y mi bendición». Y finaliza: «Que Jesús los bendiga y la Virgen Santa los cuide y, por favor, no se olviden de rezar por mí. Cordialmente, Francisco».

La concejal Sartori había expresado en su mensaje al Obispo de Roma la «alegría tener la posibilidad de escribirle otra vez, el solo pensar que usted leerá estas líneas es motivo de gran alegría para mí».

Explicó que «el motivo principal, pero no el único, por el que le escribo es para comentarle y compartirle el estado de preocupación que tenemos como vecinos ante el nuevo intento de Monsanto para instalarse en nuestra ciudad donde pretende instalar la planta procesadora de maíz transgénico más grande del mundo a 900 metros de nuestras casas y escuelas».

«En 2012 comenzó la organización y la resistencia, marchas, amparos presentados en la Justicia, y hasta un acampe permanente en las puertas del predio, impidiendo la construcción de la planta», sostuvo la autora de la carta al Papa.

Le aclaró que «ya en 2014 la Justicia ordenó la paralización de la obra porque violaba la ley nacional de ambiente, por construir sin tener aprobado el estudio de impacto ambiental y sin consultarnos a los vecinos que opinábamos».

«En febrero de ese mismo año el estudio de impacto ambiental fue rechazado. Creo que no es necesario recordar quién es Monsanto, solo basta con decir que es una de las empresas que más ha destruido y contaminado el planeta, ha enfermado a cientos de personas, matado a otros miles y caracterizarse por corromper gobiernos y ocultar información de los efectos reales de sus productos», añadió.

Sartori le contó a Francisco que «el acampe continúa hasta el día de hoy, hace ya dos años y medio que existe una guardia permanente para evitar que la empresa intente, violar la ley otra vez».

Por otro lado, comentó que quedó «muy conmovida con sus palabras y mensajes en su encíclica Laudato sí, gracias por su claridad y contundencia. Realmente cada frase lleva en misma un profundo sentido .Como seres humanos nos cuesta mucha valorar, cuidar y respetar a la creación, actuamos como si fuéramos sus dueños».