Por Alejandro Maidana

¿De dónde venimos? ¿Hacia dónde vamos? ¿Cuál es nuestra misión en la tierra? ¿Nuestro origen es extraterrestre? ¿Se aproxima la segunda venida de Cristo? Sin duda alguna estas son solo algunas de las preguntas que se vienen reiterando a lo largo de la existencia humana. Si bien muchas son las teorías, pocas respuestas se han mostrado convincentes ante la tamaña inmensidad del cosmos.

Las sagradas escrituras y las pinturas rupestres de distintas etnias indígenas, entre otras de las muchas señales que a lo largo de la historia se han contemplado, nos han invitado de manera constante a interpelarnos en profundidad. Luces, carrozas voladoras y seres con una fisonomía distinta a la del humano, surcaron los escritos de aquellos que referenciaban la presencia extraterrestre de esa manera.

¿Los ángeles de ayer son los extraterrestres de hoy? ¿Las catástrofes naturales son la expresión una tierra que grita su dolor? ¿Solo el avance de nuestras conciencias nos salvará? Si en nuestro país existe una persona calificada para socializar su conocimiento, ese es Juan Alberto Rambaldo, juez de profesión y socio fundador de La Asociación Civil Sin Fines de Lucro “Del Cielo a la Tierra”. Convocado por Conclusión, llegó desde Las Parejas, lugar en que reside, para volcar toda su sapiencia en una entrevista imperdible.

 

Amigo personal del contactado y estigmatizado italiano Giorgio Bongiovanni, Rambaldo inicia su exposición referenciando a Eugenio Siragusa, un verdadero faro en lo que a contactos extraterrestres se refiere. “Esto <Del cielo a la Tierra> se origina con uno de los más grandes contactados de la historia, que no fue otro que Eugenio Siragusa, quién supo recorrer el mundo entero difundiendo la presencia extraterrestre, y los mensajes que vinculaban a los mismos con los libros sagrados”.

En torno a la vinculación extraterrestre con el planeta tierra, sostuvo: “Giorgio Bongiovanni fue el sucesor de Eugenio Siragusa, como contactado es el encargado de difundir el mensaje de los hermanos del cosmos (así los define). Cabe destacar que lejos de ser peligrosos como lo han intentado establecer los poderes mundiales, son todo amor y comprensión. Lo que persiguen es que nuestra evolución esté sujeta al avance de nuestra conciencia, ellos nos han brindado el libre albedrío en la mismísima creación ¿Qué quiere decir? Qué nos han otorgado la posibilidad de elegir, y queda muy claro con el paso del tiempo, que hemos elegido para el carajo para referenciarlo de alguna manera”.

La necesidad de poder y la creciente avaricia que atraviesan al hombre, han despertado la inquietud y preocupación del cosmos, “ellos son muy claros, sostienen que tenemos que hacernos cargo de nuestros actos y del impacto profundo que está recibiendo el planeta tierra por los mismos. Nos dicen que debemos privilegiar el cuidado de los reinos, el animal y el vegetal entre otros, ya que nosotros somos el instrumento de evolución de todos ellos”, indicó.

La aparición del hombre en la tierra como herramienta para la comprensión de una realidad superadora. “El mismo aparece como una formación de la evolución genética de un isquiosaurio que se llamó la serpiente emplumada dorada, evolución generada por los Elohim. A éstos también se los conoce como los <jardineros del espacio>, seres solares que van favoreciendo el ciclo evolutivo de las distintas especies. Cabe destacar que hay una ley universal de la evolución, debemos evolucionar sí o sí para poder trascender”, aseveró con certeza.

Juan Alberto Rambaldo nos invita a interpelarnos profundamente, a dejar de lado toda mezquindad propia de nuestra especie, a abandonar definitivamente el murmullo de uno de nuestros peores enemigos, el ego.