El pasado 11 de octubre, organizado por la Liga Española de Debate Universitario (LEDU) y la Red Latinoamericana de Cooperación Universitaria (RLCU), en el marco de la  celebración de la Semana de la Hispanidad en Madrid, se llevó adelante el Mundial de Oratoria, en el cual el joven tucumano Leandro Rossi obtuvo el segundo puesto exponiendo, nada más y nada menos, que sobre el negacionismo.

Rossi, de tan solo 22 años, es oriundo de Tafi Viejo y compitió con otros 400 participantes. Por medio de algunos posteos en su cuenta de X, (Twitter), el tucumano dio detalles sobre su performance y la temática que lo llevó a quedarse con la medalla de Plata entre tantos participantes.

«En vistas de los 40 años de democracia, expuse la situación que estamos atravesando: el principal candidato presidencial es un neofascista negacionista«, afirmó el subcampeón de Oratoria.

El jóven viajó a Madrid y su participación fue con un objetivo claro: «Mi mayor premio era lograr exponer en una plataforma tan importante como el señor Javier Milei revienta cualquier concepto en materia de Derechos Humanos cada vez que tiene un micrófono en frente. Y lo logré», afirmó Rossi.

 

Parte de su intervención tuvo que ver con su propia historia como militante de los Derechos Humanos y como el discurso electoralista de Javier Milei va en contra de su raíz. «Aunque no logré ganar la final, regreso a Argentina siendo subcampeón mundial, con una medalla de plata que me llena de orgullo, y con la convicción de haber puesto al movimiento de Derechos Humanos argentino en la cima de una competencia que incluyó a más de 400 participantes«, aseguró Rossi.

En entrevista con Conclusión, el joven estudiante de Derecho, relató que su primera vez en el concurso fue el año pasado. «Quedé entre los 10 primeros, pero no pasé a la final. Y recién fue este año que lo logré, con los otros tres candidatos que eran de Colombia, España e Italia. Esos eran los cuatro países, junto con Argentina, que alcanzaorn esa instancia. Este año comenzamos siendo 400 concursantes en abril, que es el inicio del campeonato, y finalizamos los cuatro mejores en Madrid la semana pasada».

Rossi contó que «la temática del concurso cambia cada año». «La organización envía a un tópico, este año era Inteligencia Artificial y Fake News, establecer una diferenciación entre las noticias verdaderas y las noticias falsas, pero de igual manera, cada participante puede llevar el discurso hacia donde se sienta más cómodo, hacia donde quiera«.

Es por eso que el tucumano, decidió tratar como disparador Derechos Humanos en la Argentina, ya que «a 40 años de la recuperación de la democracia», le pareció interesante «exponer cómo hay ciertos discursos negacionistas en las líneas de comunicación, en los candidatos presidenciales«.

Rossi definió: «Yo soy gay, activista por los derechos de la comunidad LGBT en Tucumán, y ahora que vivo en Buenos Aires, acá también milito en esta institución. Soy kirchnerista, soy peronista, entonces quiero tratar mi formación política y académica siendo transversalizada por los derechos humanos, y en ese sentido, sea cual sea el tópico,  de igual manera iba a tocar ese tema, o sea, si bien fue Fake News e Inteligencia Artificial, si el tópico hubiese sido otro, de igual manera iba a encontrar la forma de anclarlo, porque lo que quería justamente era exponer a un candidato presidencial como Javier Milei y sus ideas negacionistas».

El competidor que se hizo con la Medalla de Plata, especificó que «la mayoría de los participantes dieron un discurso netamente técnico, y el único de todos los discursos que tenía un tinte más bien emocional., fue el mío». » Yo sabía que esto iba a despertar pasiones de ambos lados, sabía que me iban a bardear en Twitter seguramente, y me lo esperaba completamente. Me lo esperaba, y aún más, me esperaba comentarios negativos con cosas que nada tienen que ver con el concurso en sí mismo. Para mí eso es una alegría inmensa, porque quiere decir que el discurso llegó, que el discurso caló, de alguna forma hizo ruido, y eso es lo más importante, porque de nada hubiese servido dar un discurso vacío de contenido que no genere ningún tipo de emoción, así que para bien o para mal, el discurso generó muchas emociones, mucho conflicto, y es exactamente lo que yo buscaba».