Por Marina Vidal y Jennifer Hartkopf

Decenas de veces se habla de la donación de órganos, una práctica que salva vidas pero que deja en el imaginario de la sociedad cientos de dudas sobre qué es ser donante, cómo hacerlo y qué complicaciones puede tener quien lo decide. Conclusión conversó con el subdirector del Centro Único de Donación, Ablación e Implante de órganos y tejidos (Cudaio), Silvio Pulcinelli para desasnar todos los interrogantes al respecto.

Según los datos oficiales de Incucai, entre el 1° de enero y el 31 de agosto se produjeron 386 donaciones de órganos en Argentina, las que sirvieron para trasplantar 981 pacientes. La provincia de Santa Fe contribuyó con 51 de esos donantes, lo que representa más del 13% del total nacional. Además, en el mismo período hubo 711 trasplantes de córneas.

La lista de espera es de 7900 pacientes para órganos y 2930 para córneas, lo que representa una tendencia decreciente con respecto a años anteriores. En Santa Fe 571 personas esperan un trasplante de órganos y 35 esperan una córnea.

En cuanto a la cantidad de donantes en la provincia con respecto al resto del país, Pulcinelli dijo: «A nivel nacional, a números absolutos, Santa Fe está tercera respecto a la cantidad total. Pero cuando ajustas la cantidad de donantes por la población, está en segundo lugar. Es decir, no es lo mismo provincia de Buenos Aires que tiene 7 millones de habitantes que Santa Fe que tiene 3 millones. Hay una taza que se usa a nivel mundial para medir la generación de donantes y cuando ajustas eso, estamos segundos. Por ejemplo en la provincia de Santa Fe tenemos más de 15 donantes por millón de habitantes, bastante por encima de lo que es la media nacional que está alrededor de 8,5 más o menos».

El profesional dijo que dicho porcentaje positivo, se debe «al trabajo que venimos realizando desde hace más de 5 años a nivel provincial desde varios ámbitos, no solamente a nivel sanitario sino a nivel de la comunidad, en todo lo que es promoción e información».

«A nivel del sistema sanitario tratar de involucrar al ciudadano en esta problemática de donación y trasplante porque en definitiva son un acto médico, como cualquier otra práctica, con algunas particularidades que lo hace algo medio especial pero no deja de ser una práctica médica. Y el sistema sanitario, a nivel nacional, en general, no estaba del todo involucrado entonces se ha ido trabajando para que entiendan que es una actividad más», enfatizo Pulcinelli.

El mayor enemigo de la donación es la desinformación y el miedo

 

El mito del tráfico de órganos

«La desconfianza que hay a nivel general al respecto es por no estar bien informados. Por suerte en Argentina, tenemos una herramienta muy poderosa que es la ley 24.193 de aplicación nacional, que es una de las más seguras del mundo, precisamente porque salvaguarda la decisión de cada uno de nosotros de poder ser o no donante, donde hay criterios muy estrictos para poder convertirse en donante», dijo el subdirector del Cudaio.

Y agregó: «Cualquiera puede expresar su voluntad de querer ser donante pero las posibilidades son muy pocas porque los criterios de selección son muy estrictos. Una de las funciones que tenemos nosotros como organismo jurisdiccional, es hacer cumplir eso. En un proceso de donación y trasplante intervienen más de 100 personas entre médicos, personal de salud, y demás. Lo cual derriba un poco el mito del tráfico, porque que 100 personas se confabulen como para hacer algo ilícito es bastante improbable».

«Son cosas que la comunidad no sabe y a partir de eso, tratamos de llevar información para que después cada uno tome la decisión que quiera. En ese sentido, la ley trata de hacer respetar esa decisión».

Ser donante

«Para que una persona pueda ser donante, al contrario de lo que se piensa, tiene que haber recibido el mejor tratamiento posible para primero intentar salvarle la vida, porque sino esos órganos no sirven. Y no es un hecho menor, que los lugares que mayor cantidad de donantes tienen son los hospitales públicos y de alta complejidad», especifico Pulcinelli. El médico subrayó qué se necesita para eso, «un proceso de inversión, no solamente en recursos tecnológicos, sino en recursos humanos, en capacitación».

«Es un acto médico y tiene y ha tenido todo un desarrollo que tratamos de ir consolidando con los años para poder generar la práctica de la donación, como un acto más», reiteró.

La asignación de los órganos ablacionados en cada proceso combina varios criterios: compatibilidad, urgencia de los casos en espera, cercanía geográfica, complejidad, antigüedad en la espera y lugar en que se realiza el implante, entre otros. En muchos casos esto resulta en que los órganos donados en una provincia se asignan a centros de trasplante en otra.

Donar médula ósea

Muchos ciudadanos confunden la donación de médula ósea con donación de médula espinal o cosas por el estilo y el profesional aclaró que esto: «No es así».

Donar médula ósea «consiste en inscribirse en un registro nacional y tomarse una muestra de sangre que es la que se analiza. Cuando aparece un paciente que necesita esta donación se analizan los registros en función de las características que se desprendan de esos resultados».

«La donación de médula es una de las pocas donaciones que se pueden realizar en vida. Lo importante para concientizar a la sociedad es pensar que todos somos potenciales pacientes, y mas allá de ser un derecho es una responsabilidad que tenemos todos con la sociedad y ponernos de los dos lados», finalizó.