Muchos vecinos de distintas localidades de la provincia de Buenos Aires se vieron sorprendidos por la presencia de lagartos en zonas suburbanas. Si bien es común verlos en algunos lugares, en los últimos días se sumaron ejemplares, por lo que la cantidad aumentó considerablemente.

Es así como en zonas residenciales de Pilar (norte de Buenos Aires) o Tandil, más al sur, se observaron estos tipos de reptiles por la sequía y la invasión de su hábitat natural.

Graciela Capodoglio, miembro de la Asociación Patrimonio Natural y encargada de la Reserva Natural de Pilar, explicó que los lagartos “no son peligrosos, por el contrario, son beneficiosos”.

“Son animales que no comen nada que sea más grande que un huevo, no ponen en riesgo a la gente y como son de sangre fría no pueden transmitir enfermedades”, agregó.

Además, destacó que “controlan plagas de ratones y caracoles”, motivo por el cual “la gente debería tratar de conservarlos en sus casas”, dijo. “Forman parte de la fauna nativa que estaba acá desde antes de que llegáramos nosotros”, recordó.

Por último, Capodoglio dijo que la situación de los lagartos es comparable a lo sucedido con los carpinchos de Nordelta algunos meses atrás. “Aparecen por la falta de agua y porque se les está invadiendo su hábitat”, cerró.