Por Alejandro Maidana

Torres Vilches es un colegio público de gestión privada, ya que depende del gobierno de la provincia de Entre Ríos quién es el que paga los sueldos y se encarga de la financiación de las herramientas, ya sean maquinarias y distintos insumos. Este colegio depende del Arzobispado de la ciudad de Paraná, y la gestión puertas adentro es literalmente medieval.

La imposibilidad de que mujeres integren y puedan formarse en el mismo, es sin dudas el dato saliente de una institución que se jacta de la mística que lo atraviesa por el solo hecho de su masculinidad. Resulta inaudito que finalizando el año 2022 aun deban darse una serie de debates que no solo atrasan siglos, sino colaboran de sobremanera al cercenamiento de derechos conquistados.

Allí el que juega y apuesta fuerte a la hora de conservar el statu quo del lugar, no es otro que el arzobispado, garante del conservadurismo que se manifiesta desde las entrañas mismas de la Escuela Técnica D-67 Fernando Torres Vilches. Tanto ha movilizado el derecho de que las mujeres puedan inscribirse, que los rancios privilegios de género que se imponen en la institución se vieron profundamente interpelados. Tanto es así, que se materializaron en las deleznables pintadas que aparecieron en Santa Elena y que rezaban “No queremos putas en el Torres”.

La vetusta estructura educativa vio como sus cimientos se movían al compás del derecho al acceso a la educación que, inconcebiblemente, aún despierta resistencia y repudio. El Torres Vilches desde su fundación misma, más precisamente hace 54 años, solo admite varones en sus instalaciones, situación que empuja a conservar ese rancio privilegio por sobre la apertura que se le exige legalmente. Cabe destacar que si bien ya se realizó la presentación para que se modifique la disposición de 1968 que impedía la inscripción de mujeres a la escuela, todo parece indicar que, sin lucha e insistencia, seguirán imponiéndose la duda por sobre la certeza.

Muchas son las voces que se han alzado a la hora de militar por una educación inclusiva y abierta a toda la comunidad sin importar el género. Una de ellas es la de Fabian Casals, docente de la Escuela Agrotécnica El Quebracho, que en diálogo con Conclusión indicó: “Yo me he recibido en ese colegio de técnico mecánico electricista, para luego hacer el profesorado de educación técnica profesional, pero lamentablemente nunca hemos podido ingresar a trabajar por esto de andar siempre reclamando derechos, y eso es algo que no les gusta a los sectores más conservadores. Mi papá trabajó allí durante treinta años, siendo secretario y uno de los fundadores, siempre la peleó desde adentro para que las mujeres tengan el derecho de gozar de la educación técnico profesional que se brinda en el lugar, pero permanentemente tuvo que sortear las distintas trabas que le imponían. Por ello, este año en lo personal decidí nuevamente abrir este debate, dialogando con mi compañera de vida Daniela, que es psicopedagoga y trabaja en distintas instituciones, le hice llegar mi inquietud sobre la necesidad de que derrumbar ciertos paradigmas que siguen enquistados en los tiempos que corren”.

Quienes vienen militando con una educación inclusiva y formativa, no dejan de soñar e impulsar un necesario cambio de paradigma en la tarea de educar, donde las mujeres puedan gozar de los mismos derechos que los varones. “Este colegio fue fundado hace 55 años, y como dato no menor, en los últimos días estuvimos dialogando con una persona que trabaja en el Concejo de Educación de la provincia sobre la situación del Torres Vilches, el funcionario me manifestó su asombro y preocupación al enterarse que en esa institución las mujeres tienen cercenado el derecho a formarse. Cabe mencionar que esta charla se dio allá por marzo de este año, cuando la Escuela Agrotécnica El Quebracho, la del conflicto con los Etchevere celebraba sus 20 años. Allí avanzamos con un grupo de docentes en la idea de una presentación escrita que contemple nuestra inquietud y ponga nuevamente en el candelero el debate sobre la necesidad de incluir a las mujeres en la educación de la Torres Vilches”.

Luego de entregada la nota allá por el mes de marzo, la respuesta a través del expediente no se hizo esperar y en abril ya se había logrado una resolución que obligaba a la institución a abrir la inscripción para que las mujeres con intención de formarse en esa escuela, lo puedan hacer. “En ese momento nace un tire y afloje por la enorme resistencia existente después de más de 50 años de sola concurrencia de varones. En esa institución moran aún dinosaurios, personas con un pensamiento que raya lo medieval, hemos podido leer aberraciones como la mujer es la pecadora, esto servirá solo para que las dejen embarazadas, si bien suena un tanto irreal, de esta manera se ha manifestada la minoría. Después hay que decir que la enorme mayoría sostiene que este paso sería algo sumamente positivo, en lo particular no dejo de insistir en la idea de que al país le faltan muchos técnicos y técnicas para poder tener ese modelo de país que necesitamos”.

La gente que se opone, que se resiste a esta apertura de derechos, pone como obstáculo que la institución no cuenta con un baño de mujeres. “Así fue como rápidamente salimos a contestarle al actual rector del lugar, ya que el baño no es un impedimento, ya que se podría a disposición de las chicas el baño que utilizan los docentes. En lo particular soy docente de varias escuelas mixtas y en algunas de ellas incluso se compartía el baño, por ello considero que esto no se trataría de un impedimento, si de una excusa para oponerse a lo que se les solicita. Otro de sus débiles argumentos tenía que ver con la inexistencia de la figura de preceptoras en el lugar, algo que está contemplado en la actual resolución y podría tranquilamente solucionarse. Seguimos trabajando en pos de poder dar este paso, deben entender que no se trata de nada personal, si de una búsqueda concreto de ampliar derechos. En los últimos días se ha formado una agrupación de concejalas de ambos bloques, que instan a que la escuela Torres Vilches finalmente acceda a la apertura de cupos para mujeres. Es una lucha intensa, existe mucha resistencia pese a la resolución ministerial vigente, incluso hasta el intendente se ha puesto a disposición para la construcción del tan mentado baño. Existe un grupo de alumnos y ex alumnos, al igual que profesores y directivos que se oponen a esta apertura, y no dudan en resistir el ingreso de mujeres al lugar”.

La renuencia a que se formalice la posibilidad de que las mujeres puedan formarse en el Torres Vilches, ha alcanzado ribetes novelescos, un claro ejemplo tiene su anclaje en la figura de un ex profesor que cuenta con un programa de radio y que no duda en sostener que si esto se concreta se perdería “la mística” ¿De qué mística habla? “La realidad es que son unos excluyentes de primera, les debe quedar bien en claro que esto se trata del derecho de las mujeres a acceder a la educación técnica, lo dice la ley nacional de educación técnica profesional y lo dice la ley provincial de educación, es decir, ellos están incumpliendo la ley. Ya hay muchos grupos de mujeres que solicitan la apertura inmediata de la inscripción, por lo pronto desde nuestro lugar seguimos insistiendo en acercar las partes y amplificando permanentemente este necesario debate que solo busca garantizar derechos.

En el ciclo básico se obtiene un título intermedio que es el de auxiliar superior, para luego en el nivel superior poder recibirte de técnico mecánico electricista, o electromecánico como le dicen comúnmente. “Cabe mencionar que por las noches hay un curso de operario electricista que te permite matricularte y trabajar desde el oficio en distintas instalaciones eléctricas. Allí se inscribió una ex docente que se encuentra en la lucha, si bien le tomaron la preinscripción, esto generó una revolución interna, si bien ellos no pueden negarse a inscribir a quién lo solicite. Nosotros tenemos cierto temor de que luego de aceptar la concurrencia de mujeres, a estas se las atosigue, no se las acompañe, buscando generar ese efecto desgaste que termine empujando la deserción. En los últimos días le hemos enviado una carta con la intención de ser recibidos al arzobispo Puiggari de la localidad de Paraná. Hemos decidido que, en caso de no obtener respuestas favorables, vamos a acompañar personalmente a todas las mujeres que deseen inscribirse y en caso de recibir una respuesta negativa, avanzaremos legalmente a través del INADI. Hay que cambiar el rumbo de esta escuela porque es inaudito que se sigan apañando prácticas de discriminación y exclusión en pleno 2022. Torres Vilches es la única escuela de la provincia de Entre Ríos que tiene este formato, ya que la escuela secundaria dependiente del arzobispado, meses atrás se convirtió en mixta”.