La iniciativa del monotributo tecnológico, fue pensada para nuclear a aquellos profesionales que trabajan desde Argentina para el exterior. Con esta modalidad se busca regularizar su situación financiera y tributaria. Esta iniciativa tuvo esta semana la media sanción de la Cámara de Diputados.

Su aprobación fue muy celebrada por el ministro de Economía, Sergio Massa; el secretario de Economía del Conocimiento, Ariel Sujarchuk; y la presidenta de la Cámara de Diputados, Cecilia Moreau al considerarla un «enorme paso hacia la regularización financiera y tributaria de los gamers y programadores freelance que cobran en moneda extranjera y que desean tener sus ingresos en la Argentina».

Desde la Asociación Gremial de Computación (AGC) consideraron positiva la media sanción que la Cámara de Diputados que aprobó el proyecto de monotributo tecnológico y que esperan que el Senado acompañe.

El monotributo tecnológico es una herramienta para quienes haya percibido por su trabajo para empresas del exterior entre US$ 10.000 y US$ 30.000 en los últimos 12 meses.

«Puede ordenar, registrar y blanquear una realidad que existe en el rubro y que hoy se encuentra en la informalidad; esto beneficia a trabajadores, que podrán justificar ante los organismos recaudatorios sus ganancias y podrán aportar a la seguridad social, y al Estado, que podrá disponer de esos dólares en el BCRA, cobrar los impuestos y administrar los aportes previsionales correspondientes” sentenció Ezequiel Tosco Secretario General de AGC.

Un reciente comunicado firmado por cámaras, polos informáticos y clusters de empresas, indicó que «si bien aún no hay datos oficiales, se estima que unos 30.000 profesionales del sector de Tecnología de la Informática (IT) hoy trabajan para el exterior como consecuencia del incentivo que genera la posibilidad de cobrar en moneda extranjera».

Coincidieron en que la «fuga de talentos del rubro tecnológico pone en evidencia una situación muy compleja y difícil de resolver en el corto plazo: la falta de competitividad para las empresas locales de contratar y retener a sus talentos como consecuencia de la brecha cambiaria».