Por Pablo Bloise

Aníbal Faccendini, profesor de la Cátedra del Agua en UNR, dialogó en exclusiva con Conclusión sobre la falta de agua potable en los sectores más empobrecidos. “Hacen falta más inversiones por parte del estado”, aseguró.

 La escasez del agua es un problema que ataca y amenaza a todo el mundo. Una sociedad no puede combatir la pobreza cuando no puede solucionar la falta de agua potable. Alrededor de 1100 millones de personas a lo largo y a lo ancho del planeta, no cuentan con este servicio y es un tema que causa preocupación. En Argentina 8 millones de personas no tienen agua potable.

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 ¿Por qué falta el agua en los sectores más empobrecidos? Es la pregunta que le hizo Conclusión a Aníbal Faccendini, director y profesor de la Cátedra del Agua de la Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Rosario (UNR). El docente explicó en ese sentido que  “donde hay pobreza, no hay agua”.

  Las zonas más humildes siempre son las más afectadas. ¿Por qué?

– El problema es que faltan cosas. Se deben plantear cuestiones que hacen al bien común, y eso no sucede. El agua potable no es que no le llega a todo el mundo, sino que no le llega a los sectores empobrecidos, y denuncia una injusticia social ambiental. Científicamente, generalmente en cualquier ciudad no le llega el agua a los barrios populares. El agua potable denuncia desigualdad y profunda injusticia social ambiental. Podemos decir que es un problema de lesa ambientalidad. La persona no accede al agua por falta de inversiones del estado.

 ¿A quién se le otorga la responsabilidad de que esto ocurra?

– La responsabilidad es de cada Estado sub nacional o provincial según la Constitución Nacional. Pero se debe comprometer al Estado nacional. No deja de ser obligación del Estado velar por el derecho a la salud de todos los habitantes de la Argentina.

 ¿Cómo está la situación en Santa Fe?

– En el Estado provincial se ha avanzado, pero no ha sido suficiente. Estos avances ante la necesidad que hay han sido escasos. Aunque hay que reconocer, por ejemplo, algunas obras como el Acueducto Gran Rosario. Hay un avance que sirve y es útil, pero se debe invertir mucho más. En varios barrios se han hecho pequeñas plantas potabilizadoras donde se mezclaba agua de abajo con aguas potables. Esas plantas son muy chiquitas. No alcanza el agua potable y entonces se mezcla y a la gente, con razón, le genera desconfianza. Se necesita muchísimas más inversiones.

  ¿Cómo se soluciona este problema?

– Se necesitan muchas inversiones que el Estado provincial quizás no puede alcanzar. Cerca de 8 millones de personas en la Argentina no tienen agua potable. No hay lucha contra la pobreza si no se combate la falta de agua. Uno de los índices fundamentales  para no acceder a la pobreza, es el agua potable. Si no se garantiza eso, no se puede hablar de familia que no haya dejado la pobreza. Cincuenta millones de personas sin agua hay en América Latina. Se necesita además, compromiso del Estado nacional y provincial. El problema abarca a muchas provincias y debe ser de interés nacional. Si no hay interés, será muy difícil avanzar.

 Por último, el catedrático concluyó con un pedido: “necesitamos que Naciones Unidas asuma compromisos. No alcanza sólo con informes. Donde hay pobreza, no hay agua ni alimentos. El agua es un derecho fundamental y marca que Naciones Unidas ha fracasado en esta idea, pero es importante que siga en vigencia”. Además, agregó: “Se debe comprometer a los distintos Estados. Debe haber una solidaridad internacional, donde los países del norte deberían subsidiar grandes sumas de dinero para permitir que latinoamericanos, africanos y asiáticos puedan acceder al agua potable. Nosotros creemos, por un criterio de justicia ambiental, que ellos deberían financiar las obras que se necesitan para que la gente consuma agua potable”.

Foto portada gentileza: www.diariodecultura.com.ar