Por Gisela Gentile

El grupo interdisciplinario “Ciencia Rosarina contra el coronavirus” conformado por médicos, personal de salud, distintas ramas de la ciencia (virología, inmunología, ingeniería, matemáticos, sociales, etc) vienen realizando, diferentes análisis y estadísticas entorno a la pandemia. En los mismos se podían observar investigaciones en torno al impacto de las vacunas, la actualización de los protocolos de prevención, entre otras.

Debido al fuerte incremento de los casos y la rapidez de los contagios, resulta interesante saber si es posible realizar algún tipo de análisis en la curva de casos, y si existe la posibilidad de saber cuándo comenzará a descender esta ola creciente de los mismos impulsada por la nueva variante ómicron.

Ernesto Kofman es Doctor en ingeniería, investigador y miembro del grupo interdisciplinario “Ciencia Rosarina contra el coronavirus”, al ser consultado por Conclusión sobre el vertiginoso momento que estamos atravesando detalló que “los casos están creciendo a un ritmo inédito en Rosario y el país, y podrían detallarse algunas causas que tendrían como consecuencia este ritmo tan acelerado, destacándose primordialmente el contacto social. Durante todo diciembre y más aún en la segunda quincena, el contacto social superó aún más los que se llevaban adelante previos a la pandemia”.

En este contexto y prácticamente sin restricciones, los casos comenzaron a subir. “A esto podemos sumarle también un cierto declive en la cantidad de anticuerpos que produjo la vacunación masiva, o los contagios previos. Naturalmente vamos perdiendo anticuerpos, lo que hace que pueda ocurrir un nuevo contagio. El tercer factor podría ser la variante Ómicron que tiene muchas mutaciones, lo cual implica que podamos contagiarnos habiéndonos vacunado o padecido anteriormente la enfermedad”, sentenció.

A la hora de preguntarle sobre la escalada de casos, y hasta qué número diario podríamos llegar a nivel país, el investigador espetó que “resulta muy difícil precisarlo, pero viendo la rápida dinámica de Ómicron, todo hace pensar que no podría seguir subiendo más a allá de la primera mitad de enero”.

Aproximadamente a mediados de enero, según los investigadores, debería verse un cambio. “Teniendo en cuenta que este mes no hay tanto contacto social como en diciembre, debería ser un factor de disminución, al que se le suma que los contagios por esta variante ya deberían haber alcanzado a un porcentaje significativo de la población; haciendo que la cantidad de personas que puedan contraer el virus también baje. La sumatoria de estos dos factores nos dan el indicio que entre el 10 y el 15 de enero, a más tardar, debería comenzar a bajar la curva de los casos”.

Ante la ola que crece cotidianamente, surge el interrogante sobre la cantidad de casos que podríamos llegar a tener en los próximos días. “Eso dependerá de la capacidad de testeo que tengamos, uno estima que existe una subdetección muy grande, ya que, gracias a la vacunación y a las características de Ómicron, los síntomas son muy leves y hasta a veces imperceptibles. Esto hace que esa subdetección sea muy grande, por lo cual no tendremos un número preciso, no sabemos si estamos detectando 1 cada 5, 1 cada 10 o 20. Todo dependerá de la ampliación de los testeos. De todas formas, en cualquier caso, no parece factible que sigan creciendo más allá de mediado de enero. Es importante testear si se toman medidas de aislamientos de los contactos de los casos positivo, pero en este momento no estaría cumpliendo mucho ese rol”.

 

Según los expertos el comportamiento de esta variante sería similar tanto en la escalada como en la bajada de casos. “Esperamos que, así como suben rápidamente, bajen de la misma manera. Realizamos algunas corridas con modelos, pero es muy sensible a los parámetros, ya que hay cosas que hoy no sabemos de esta variante. No conocemos bien sus tiempos y la subdetección que existe en la actualidad, que es lo que nos permitiría saber con mayor exactitud cuando llegaríamos al famoso pico”, aclaró.

Algunos investigadores se han animado a esbozar que esta variante, al tener un poder de contagio tan alto, y a su vez manifestarse más leve, podría llegar a ser el final de la pandemia. “Este tipo de predicciones me parecen muy apresuradas, Ómicron es una nueva variante apartemente más leve, con muchas mutaciones que la hacen más contagiosa, pero de ahí a decir que sería el fin hay un largo camino. Deberíamos saber muchas más cosas de esta variante y de su comportamiento, y esa información aún no la tenemos. Sumando también que puede darse otras mutaciones que modificarían el futuro”, concluyó.

Desde “Ciencia Rosarina contra el Coronavirus advirtieron que “si bien es esperable que las vacunas continúen siendo total o parcialmente efectivas en la prevención de las formas graves de la enfermedad, hay evidencia de que la reducción de letalidad que logra la vacunación, es menor en la población de mayor edad. En un informe anterior observamos que, una vez producido el contagio, una persona vacunada mayor de 70 años tiene 2,5 veces menos probabilidades de fallecer respecto de una persona no vacunada del mismo rango etario mientras que en la población menor de 60 años, esta reducción es significativamente mayor. Este menor nivel de protección a medida que aumenta la edad suma un factor más a considerar respecto al posible impacto de un crecimiento abrupto de casos sobre el sistema de salud y sobre los fallecimientos.

Como puntos salientes y llamando a la reflexión de la comunidad, consideraron fundamental retomar medidas de cuidado para evitar aún más el crecimiento abrupto de casos. “El uso correcto de barbijo, la distancia y la ventilación de ambientes son esenciales. En esta época del año la mayor parte de las actividades sociales se pueden realizar en el exterior, donde la distancia y el uso de barbijo reducen significativamente las posibilidades de contagio. Consideramos nuevamente que el incremento de controles, junto a una activa campaña de concientización a través de los medios de difusión, contribuirían en este sentido”.

Para finalizar, resaltaron también la importancia de acelerar la colocación de dosis de refuerzo o terceras dosis para compensar la caída de anticuerpos y recuperar los niveles de inmunidad colectiva. “Hay además reportes en el Reino Unido que muestran que las dosis de refuerzo permiten compensar en parte la pérdida de efectividad de las vacunas frente a Ómicron”.