Cerca de 20 millones de niños en el mundo no están vacunados o lo están de forma incompleta, alertó hoy la Organización Mundial de la Salud (OMS) con motivo de la Semana Mundial de la Inmunización 2019, que se conmemora los últimos días de cada abril.

Bajo el lema «Protegidos colectivamente: ¡las vacunas funcionan!», el objetivo es «lograr que se vacune a ese niño de cada diez que sigue sin acceder a la inmunización», destacó la OMS, que reconoció que «si bien se realizaron enormes progresos, los logros alcanzados son frágiles».

«En 2017, el número de niños inmunizados -116,2 millones- fue el más alto notificado hasta la fecha. Desde 2010, 113 países introdujeron nuevas vacunas, sin embargo las metas relativas a la erradicación de enfermedades muestran retraso, lo que generó que en los dos últimos años se hayan registrado brotes de sarampión, difteria y otras enfermedades prevenibles», señaló el organismo sanitario en su sitio web.

La OMS destacó además que la mayoría de los niños excluidos de la vacunación «son los que viven en las comunidades más pobres, marginadas y afectadas por conflictos».

«La ampliación del acceso a la inmunización es fundamental para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la reducción de la pobreza y la cobertura sanitaria universal. La inmunización sistemática ofrece a los niños la posibilidad de tener una vida saludable desde el inicio y hasta una edad avanzada», agregó el organismo.

Y continuó: «Toda vacuna autorizada para su uso pasó por pruebas rigurosas y es objeto de un seguimiento continuo para garantizar su seguridad y eficacia».

«Vacunar significa salvar vidas, significa un futuro mejor para nuestros hijos y para los hijos de nuestros hijos», completó la OMS.

Brote de sarampión en Estados Unidos

La Organización Mundial de la Salud anunció la semana pasada un aumento del 300% de los casos de sarampión en el mundo en el primer trimestre de 2019. La epidemia vivida en Estados Unidos, en la que se detectaron más de 600 casos, hacen del brote estadounidense la segunda peor epidemia registrada en el país, desde la eliminación oficial de la enfermedad en 2000.

Los dos principales focos de la enfermedad, detectada en 20 estados, se encuentran en Nueva York (con más de 300 casos). Para contener la epidemia, tanto el condado de Rockland como el ayuntamiento de Nueva York declararon el estado de emergencia sanitaria y adoptaron medidas extremas, para gran pesar de los colectivos anti-vacunas.

Unas 23 escuelas y guarderías han recibido advertencias por no haber excluido a infantes no vacunados, según la alcaldía neoyorkina.

Muchas vacunas son teóricamente obligatorias en Estados Unidos para asistir a la escuela, pero 47 de los 50 estados, entre ellos Nueva York, tienen reparos, en particular por motivos religiosos.

El sarampión, muy contagioso, había sido declarado oficialmente erradicado de Estados Unidos en el año 2000.