Los empresarios argentinos se encuentran en el séptimo lugar en una lista de los más corruptos del mundo, por detrás de otros sudamericanos como los paraguayos, según un informe del Foro Económico Mundial.

Angola es el país con los empresarios más corruptos a nivel internacional dado que promedia 2,6 puntos sobre 7 posibles; en segundo lugar está Mauritana, con 2,7; y tercero está Paraguay, con 2,9.

Completan la lista Líbano (2,9), Bangladesh (2,9), Venezuela (2,9), Argentina (3), Guinea (3,1), Haití (3,1) y Burundi (3,1), por lo que de los diez, cuatro son africanos, cuatro latinoamericanos y los otros dos, asiáticos.

El informe del Foro (Reporte de Competitividad Global), es redactado cada año tras la realización de una encuesta a los propios empresarios, sobre qué puntaje le ponen a la ética corporativa vigente en sus países, lo que es entendido como un «termómetro de corrupción».

El país que tiene un desempeño ético más destacado es Nueva Zelanda, con un puntaje medio de 6,5; con excelentes puntuaciones, lo siguen Finlandia, con 6,4 puntos sobre siete posibles, y Singapur, con 6,2.

El caso más preocupante en la Región es el de los empresarios paraguayos, ubicados en la tercera posición a nivel global, con niveles similares a los de Angola y Mauritania.

«Este estudio es una prueba de que la corrupción es, habitualmente, un problema que atraviesa a toda la sociedad», reza el informe en parte de su análisis.

Y agrega que cuando las instituciones son débiles y lo que prima es la anomia, la transgresión y la búsqueda del beneficio propio sin contemplar ningún tipo de norma se vuelven prácticas frecuentes en todos los ámbitos: en la administración pública, en el sector privado y al nivel más llano de los ciudadanos en su vida cotidiana.

Los diez países con peor comportamiento a la hora de los negocios son -en ese orden- Angola, Mauritania, Paraguay, Líbano, Bangladesh, Venezuela, Argentina, Guinea, Haití y Burundí.

El informe también reseña las principales trabas a la hora de hacer negocios, región por región, además de manifestar que la corrupción empresarial se manifiesta -especialmente- cuando el sector privado mantiene acuerdos de negocios en común con el Estado.

El resultado de la compulsa empresarial destaca que apenas tres naciones de América presentan niveles altos de transparencia y honestidad: son los casos de Chile, Uruguay y Costa Rica.