El sol liberó una enorme nube de plasma sobrecalentado conocida como eyección de masa coronal (CME) de una llamarada solar de clase M, el 4 de septiembre. El CME afectó a la Tierra el día 6 de septiembre, desencadenando fuertes tormentas geomagnéticas (coincidiendo con los movimientos sismicos). Además del CME, el sol lanzó dos poderosas llamaradas solares la mañana del 6 de septiembre de nuevo.

A las 5:10 a. m. EDT (0910 GMT), una llamarada solar de clase X -la más poderosa categoría de tormentas solares- explotó desde una gran mancha solar en la superficie del sol. Esa llamarada fue la más fuerte desde 2015, en X2.2, pero se empequeñeció apenas 3 horas más tarde, a las 8:02 a. m.

Según el Centro de Predicción del Tiempo Espacial (SWPC) de la Administración Oceánica y Atmosférica Nacional (National Oceanic and Atmospheric Administration). La última llamarada X9 ocurrió en 2006 (que llegó a X9.0).

La llamarada solar de clase M que se dió el lunes (4 de septiembre) es una décima parte del tamaño de una llamarada de clase X. Cuando el campo magnético del sol se retuerce y se vuelve a conectar, estalla la energía hacia afuera, sobrecalentando la superficie solar que causa las llamaradas solares. Cuando se produce una llamarada solar de clase X, puede causar tormentas de radiación en la atmósfera superior de la Tierra que pueden causar apagones de radio.

El SWPC reportó dichos apagones de radio,”una amplia área de apagones, pérdida de contacto por hasta una hora en el lado soleado de la Tierra”.

Las tormentas geomagnéticas sobrecargan las Auroras de la Tierra, ya que “las luces del norte y del sur son generadas por las partículas solares cargadas chocan con moléculas en la atmósfera de la Tierra”. El espectáculo del cielo se limita generalmente a altas latitudes, porque el campo magnético de nuestro planeta tiende a canalizar estas partículas hacia los polos “.

Estas tres llamaradas solares provenían de la misma mancha solar que es espantosamente aterradora, la más pequeña de las dos masivas en la superficie del sol, con sólo siete Tierras de ancho por nueve de alto. Esta descripción realmente pone en perspectiva cuán grande es el sol en relación con la Tierra, teniendo como referencia a la Tierra como un medio de medición.