El río Paraná registraba hoy una altura de 16 centímetros frente a la capital de Entre Ríos, y continúa su descenso iniciado en febrero pasado, muy por debajo del nivel de aguas bajas, ubicado 2,40 metros y cerca de la altura de menor caudal, que fue de 0 metros detectados en 1970.

Además, Prefectura Naval Argentina (PNA) no puede medir la altura en las ciudades entrerrianas de Victoria y Diamante desde principios de abril, ya que el sistema de medición no permite registros menores al metro de altura.

Según el Instituto Nacional del Agua (INA) las principales causas de la bajante son la falta de lluvias, y las condiciones climáticas de los últimos meses en las cuencas que aportan al caudal del río Paraná.

Por eso, destacó que se esperan «sistema de bajas presiones aporte lluvias entre mañana martes y el miércoles».

Además, en un informe remarcó que se trata de una «bajante histórica» que no tiene «situación similar en toda la historia registrada de niveles fluviales desde 1884».

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A raíz de la bajante, salieron a la luz numerosos bancos de arena, embarcaciones hundidas, anclas antiguas y los municipios debieron trabajar para mantener el servicio de agua potable en diferentes localidades de Entre Ríos.

También se mantiene sobre la superficie la manta protectora del túnel subfluvial que une las capitales de Entre Ríos y Santa Fe.

Por otro lado, la población de peces del río Paraná depende de los ciclos hidrológicos y climáticos, por lo que el río bajo perjudica la reproducción y el crecimiento natural de ciertas especies.

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El ministro de Producción, Turismo y Desarrollo Económico de Entre Ríos, Juan José Bahillo, dijo que diariamente se realizan «operativos en distintos ambientes (acuáticos, bordes costeros, rutas y empresas)» relacionadas a la actividad pesquera.