Por Santiago Fraga

Este lunes, cuando la tarde comenzaba a caer en París y en Rosario recién empezaba a asomar, una noticia conmocionó al mundo: la histórica catedral de Notre Dame, uno de los más reconocidos patrimonios de la humanidad, sufría un incendio de gran magnitud que se prolongaría durante largas horas, ocasionándole irreparables daños.

La capital francesa, azotada en los últimos años por diversos atentados y tragedias, volvió a sufrir un duro golpe en uno de sus monumentos más preciados. Una edificación símbolo del estilo gótico, que comenzó a construirse en el año 1163 y tardó unos 182 en finalizarse (en 1345), en cuestión de horas se veía seriamente afectada y destruida.

Este momento clave en la historia francesa y mundial fue atestiguado por un rosarino, que se encontraba a seis cuadras al momento del estallido y que una hora antes había ingresado a la famosa catedral.

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Lemuel Giacone contó a Conclusión que fue una de las primeras personas en llegar al lugar cuando inició el fuego. “Lo primero que siento fue una explosión. Estaba justo en la iglesia que está detrás del panteón, y nos damos vuelta y por la calle se ve que se prende fuego algo. No sabíamos qué era. Después a medida que fui avanzando me di cuenta que era la catedral de Notre Dame por el Google Maps”, contó Giacone a este medio, agregando que fue uno de los primeros en llegar “porque estaba exactamente a unas seis cuadras”.

Ese momento pudo registrarlo en video, mostrando a una iglesia que ya estaba “la mitad quemada” e instantes antes de que la policía instale un cerco a seis cuadras a la redonda: “Lo que llegué a grabar si hubiera intentado hacerlo después no hubiese podido”.

Pero eso no es todo. Lemuel no sólo estuvo cerca del lugar al momento del incendio, sino que una hora antes estuvo dentro de la mismísima iglesia. “Hice una vista panorámica a la mañana y a las 5 de la tarde entré a la catedral”, contó a Conclusión, y las fotos que lo muestran con una camiseta de Central Córdoba adentro del histórico establecimiento dan fe de ello. Sin saberlo, en ese momento se estaba convirtiendo en una de las últimas personas en entrar a Notre Dame tal cual se lo conoció en 900 años de historia, a la espera de saber cuál será el efecto final del fuego sobre la misma.

En cuanto a lo que se vive por las calles parisinas, Giacone relató que “la gente estaba muy triste, todos llorando, rezando”. “La verdad que la ciudad está muy nerviosa, muy loca, todos con cara triste, no es el mismo ambiente que con el que llegué yo el domingo a la ciudad. Cortaron muchos metros, muchos colectivos dejaron de funcionar y cortaron más o menos un radio de seis cuadras de Notre Dame”, detalló el joven, que se encuentra allá de vacaciones y ayer había llegado a la ciudad.