El Obispado de Cruz del Eje registró «Cura Brochero» como marca registrada, en el marco de la canonización del denominado «cura gaucho», llevada a cabo el último domingo por el Papa Francisco en Roma.

El trámite se llevó a cabo en el estudio cordobés Eguía y Asociados, especializado en marcas y patentes.

Cuando el Papa Francisco encaró la ceremonia de canonización junto con otros seis beatos de distintos países la imagen del cura Brochero alcanzó un pico de exposición de dimensión global.

Brochero es una de las figuras más emblemáticas de la Iglesia católica cordobesa y desde que se inició el camino hacia su canonización su popularidad traspasó las fronteras de la provincia.

El Obispado donde descansan los restos del nuevo santo consideró que la figura del Cura Brochero traspasó, a la vez, los límites que en principio parecen definir a lo que puede entenderse como un producto, como una marca, como una mercancía, al menos en el sentido convencional.

Lo cierto es que el «Cura Brochero» es, desde hace tiempo, un símbolo que encierra valores espirituales, religiosos, sociales, culturales, políticos y económicos, claramente.

Conscientes de esos valores (y de los que se podrían generar en un futuro cercano) desde el Obispado de Cruz del Eje decidieron actuar.

«El Cura Brochero es una marca registrada del Obispado de Cruz del Eje. Esto se hizo con la motivación de prevenir y cuidar esta marca para evitar cualquier uso indebido», explicó Guillermo Felippa, socio y gerente General del estudio Eguía y Asociados, uno de los principales estudios del país dedicados al registro de marcas y patentes, según consignó el sitio Sembrando Noticias tomado de Punto a Punto.

Según explicó Felippa, en el caso del Cura Brochero, el Obispado de Cruz del Eje (a cargo del obispo monseñor Santiago Olivera) hizo un registro preventivo y amplio, es decir, en todas las categorías que es posible registrar una marca para salvaguardarla.

«Se hizo en forma preventiva y está registrada por la importancia y la exposición que tiene el nombre en los 45 rubros posibles como marcas, es decir en los 34 rubros de productos y en los 11 restantes que son dedicados a los servicios», comentó Felippa.

Aunque parezca extraño, la inquietud de la Iglesia por el registro de marcas, imágenes y nombres es más común de lo que puede parecer: «Sí, es más común de lo que uno se imagina, radica en el tema de que se trata de marcas que requieren protección porque son expuestas», explicó el abogado.

«Por ejemplo, en el año 2000 hicimos las protecciones para el Arzobispado de Córdoba del Encuentro Eucarístico Nacional que era el Jubileo del año 2000. Incluso había frases y slogans, todo eso también se protegió en los diversos rubros de productos y servicios preventivamente para impedir usos incorrectos», dijo.

En la actualidad, la primera beata cordobesa, María del Tránsito Cabanillas está protegida por la Congregación de Hermanas Terciarias Misioneras Franciscanas «que también tienen protegida la marca en todos los rubros y servicios para que tanto su nombre como la imagen de la beata tenga buen resguardo», destacó Felippa.