Muy lejos del logro diplomático de haber insertado los limones argentinos en el mercado de Estados Unidos, la realidad del cítrico es hoy muy distinta, ya que por ejemplo en la provincia de Tucumán se están desechando y regalando toneladas de ellos.

El motivo es que hubo un retraso en la cosecha por las lluvias de marzo, abril y mayo, la industria no alcanzó a procesarlos y ya no hay manera de exportar o consumir en el mercado interno, por lo que se ven obligados a arrojar al menos el 10 por ciento de su producción.

De esta manera, si la principal provincia productora -que es Tucumán- obtiene 1,5 millones de toneladas de limones, estima que terminarán desperdiciándose al menos 150.000 toneladas, según consignó el diario La Nación en su sitio web.

«Llevo un 25% de la cosecha, cuando para esta época tendría que estar en el 60%. La fruta está pasada de color y también de madurez», aseguró la limonera Diana Chediak, mientras en las redes sociales circulan imágenes con terrenos baldíos rebosantes del fruto amarillo.

Mientras que el periodista Isaías Cisneros publicó: «Las Talitas: cantera municipal, basurero clandestino y depósito de cientos de toneladas de limones. Fruta de trabajo y exportación en la provincia de Tucuman. Una pena».