Nuestra sociedad está acorralada por diversas enfermedades que se cobran la vida de cientos de personas cada día. Enfermedades que se gestan lentamente en nuestro cuerpo a través de los años. Si contamos las muertes por enfermedades cardiovasculares, cáncer y diabetes, ocurren aproximadamente 500 cada día. Estas enfermedades, que parecen inexorablemente ligadas al envejecimiento de las personas, en realidad tienen una profunda relación con su estilo de vida.

Hace ya más de 2.500 años, Hipócrates de Cos, médico griego considerado el padre de la medicina moderna, observaba cómo enfermaban y morían sus pacientes, en aquel entonces, y sacaba importantes conclusiones. Si bien es conocido el juramento hipocrático que realizan los médicos al recibirse, parece que solo eso ha quedado, y nada del verdadero conocimiento que debería haber perdurado.

Él dijo «que tu alimento sea tu medicina y tu medicina tu alimento». ¿Tan importante es lo que comemos? Muy importante, mucho más que cualquiera de los otros factores sumados.

La enfermedad cardiovascular (infarto, accidente cerebrovascular, etc.) consiste en la obstrucción y endurecimiento de las arterias de nuestro cuerpo, provocando una disminución lenta pero progresiva del flujo sanguíneo a nuestros tejidos. Mucho antes de culminar con un infarto, estas obstrucciones van produciendo síntomas que van deteriorando la función del propio cuerpo, afectando seriamente la calidad de vida y el desempeño de la persona. No solo físico, sino también intelectual.

¿Cómo puede ser que antes las personas de edad avanzada eran los sabios, a quienes recurrir, pero hoy en día a muchas les resulta muy difícil llevar adelante incluso las tareas más básicas de la vida cotidiana?

Esta enfermedad progresiva y muy temida tiene hoy en día una forma de prevención e incluso de tratamiento. La dieta vegana, o plant-based, cómo se le conoce ahora. Es abrumadora la cantidad de evidencia científica que ha mostrado que siguiendo una dieta vegana es posible no solamente prevenir o retrasar, sino también revertir la obstrucción de las arterias y mejorar significativamente la calidad de vida de las personas.

Para aquellos más amantes del consumo de carnes y lácteos, la buena noticia es que se pueden lograr importantes beneficios con solo adoptarla durante algunos meses. Con solo uno o dos meses al año, ayuda a normalizar parámetros sanguíneos y a sentirse mucho mejor. Es especialmente interesante para aquellos que ya tienen síntomas y desean mejorar.

Una dieta vegana consiste en consumir solo alimentos derivados de plantas, y ninguno derivado de animales (ningún tipo de carne, ni lácteos, ni huevo). Este tipo de alimentación tiene un enorme poder antiinflamatorio, con excelentes beneficios no solamente para la enfermedad cardiovascular, sino también para el cáncer y las enfermedades autoinmunes.

Este contundente descubrimiento, que viene siendo demostrado científicamente de forma sostenida en las últimas décadas, tiene solo 2.500 años de antigüedad. Hipócrates llevaba una dieta vegetariana y era lo que recomendaba a sus pacientes. Este antiguo conocimiento, un poco olvidado por muchos, y nunca sabido por otros tantos, tiene el enorme potencial de beneficiarnos en gran medida. ¿Estás listo para consultar a un nutricionista y hacer la prueba?

 

*Dr. Felipe Maglietti. Médico, doctor en Medicina. Investigador Asistente de Conicet.