La construcción del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner tiene un avance de obra del 45%, lo que permitirá tener la habilitación operativa para la fecha prevista del 20 de junio, así lo confirmó este miércoles el residente de la empresa estatal Energía Argentina, Agustín Gerez.

A poco más de dos meses de la fecha de referencia, explicó que «hay un desvío de lo planificado y lo real acumulado, pero que las tareas que se están realizando incrementan agresivamente los porcentajes de avance», en relación a los trabajos de bajada, tapada y pruebas de los distintos tramos en los tres renglones licitados.

La obra principal consiste en un tramo de 573 kilómetros que se extiende desde la localidad neuquina de Tratayen hasta Salliqueló, en el centro oeste de Buenos Aires, a lo que se suma la ampliación (loop) de Ordoqui en el sistema Neuba II, el gasoducto Mercedes-Cardales, y las plantas compresoras en las cabeceras del ducto troncal.

Gerez también señaló que Enarsa está «trabajando en los pliegos licitatorios de la segunda etapa (Salliqueló-San Jerónimo) aunque todavía no está la fecha pero la idea es dejar esa obra adjudicada y con el inicio de trabajos» al fin de la actual gestión.

Gasoducto Norte

Más avanzado está el proyecto para la reversión del Gasoducto Norte, que incluye la obra La Carlota-Tío Pujio, con fecha de entrega para el otoño de 2024, que tiene financiamiento recientemente asegurado por el banco de Desarrollo de América Latina -CAF por US$540 millones.

En lo que respecta a la operación del Gasoducto Néstor Kirchner, Gerez dijo que «nunca estuvo previsto operar y mantener este gasoducto» por parte de Enarsa y que «ni siquiera estuvo en evaluación porque la empresa no tiene la capacidad técnica para realizarlo, por lo que siempre estuvo en la planificación que iba a ser operado por transportistas».

En ese sentido, entendió que «no hay muchos que puedan hacer este trabajo y por ello se va a avanzar con un proceso para adjudicar la operación y mantenimiento, y que sean los mejores especialistas técnicos que lo hagan, en similares condiciones con el Gasoducto del Noreste» (operado por TGN).

En ese marco, Gerez señaló que la decisión está en «evaluación» en virtud de las características del nuevo ducto y su vinculación con el sistema.

Gerez también estimó que para el próximo invierno el pico de demanda local podrá contar con un aumento de la oferta de 11 millones de metros cúbicos diarios (MMm3/d) de gas proveniente del cierre de la Etapa 1 del GNPK, más otros 4 MMm3/d en promedio que se liberarán de la generación eléctrica por la recuperación del nivel de las represas hidroeléctricas, lo que permitirá aumentar la producción local en 15.000 MMm3/d.

El directivo, al referirse a la importancia de completar la obra en los plazos previstos, destacó que «la Argentina importó unos US$10.000 millones de energía promedio por año durante la última década: líquidos, GNL, gas natural, electricidad, que no es otra cosa que importar trabajo que debería ser sustituido por empleo local y potenciar los propios recursos».

Así, tras la Etapa 1 se prevé un ahorro por US$ 4.293 millones por la sustitución de importaciones de gasoil, fuel oil y GNL para generación, a los que se sumarán otros US$ 3.168 millones adicionales cuando se concrete la reversión del Gasoducto Norte y la Etapa II del GNPK, por el reemplazo de las compras de gas de Bolivia, energía eléctrica de Brasil y Uruguay, y la reducción en las importaciones de GNL.

En esta ecuación económica de los próximos años, la proyección es que la Argentina sólo deberá afrontar importaciones por sólo US$ 1.326 millones al año en concepto de embarques puntuales de GNL y líquidos para cubrir el pico de consumo del invierno.

Exportación

Gerez también analizó que la reversión del Gasoducto Norte permitiría técnicamente utilizar la infraestructura del sistema de gas de Bolivia para exportar la producción de Vaca Muerta a Brasil.

«Es tan grande el recurso de Vaca Muerta que si tomamos las decisiones correctas podemos acceder al mercado brasileño no sólo a través de Bolivia sino también con otro gasoducto a construir que conecte con la infraestructura ya existente», señaló.

Es que las vías en análisis para llegar a la demanda de las ciudades del sur de Brasil son la extensión del Gasoducto del Mercosur que une a la Argentina con Brasil a la altura de las ciudades de Paso de los libres y Uruguayana, a lo que se deberá sumar la construcción de un gasoducto de más de 600 kilómetros hasta Porto Alegre, o a través del Gasoducto Cruz del Sur que une Ensenada con Montevideo y que también requerirá importante obras de continuidad.