Por Gisela Gentile

“Los años arrugan la piel, pero solo el abandono del entusiasmo arruga el alma. El pesar, la duda, la propia desconfianza, el miedo a la desesperación, son los años que encorvan el corazón y conducen el espíritu floreciente a las sombras.

Ya se tenga dieciséis o sesenta, siempre existe en cada corazón humano el impulso a la maravilla, el suave asombro ante las estrellas, el desafío a los acontecimientos, el apetito infantil por la vida”.

Anónimo

 

Muchos afirman que no se envejece en edad sino en espíritu, que la piel puede tener más pliegues, las piernas tornarse un pocos más lentas, vivenciar algún que otro olvido, pero manteniendo siempre un espíritu joven con sueños y esperanzas intactas.

Sin dudas la pandemia y las medidas de aislamiento han golpeado con más fuerza a los más pequeños y a los adultos mayores. Siendo esta última la población con mayor riesgo a perecer debido a esta enfermedad, empujó a que permanezcan más tiempo recluidos en sus casas.

Situación más que compleja si analizamos que los “viejos” de ahora, no son los de antes, hoy en día los adultos mayores son más activos, tienen grupos de amigos, salen, hacen gimnasia, van a bailar, en definitiva, se divierten y disfrutan de los saberes y experiencias que les otorga la cosecha de años.

Por ello, es que esta nueva “normalidad de encierro” ha traído modificaciones y una adaptación a la fuerza, para no perder las actividades que venían realizando. Este es el caso de un grupo de “amigas del club”, como se hacen llamar ellas, que antes de la pandemia practicaban Aqua Gym, y disfrutaban mucho de la vida social. Saliditas a tomar el té, cumpleaños, encuentros y el tan esperado festejo del día del amigo y de la primavera.

Con el fin de conocer cómo se reinventaron y lograron, pese a la pandemia y el aislamiento, poder reunirse y estar juntas, Conclusióndialogó con ellas. Aida Lascano es una de las integrantes del grupo, apodada “la reina madre”, ya que está pronta a cumplir 91 años, indicó: “Tenemos un grupo muy lindo del club, hace mucho años que festejamos no sólo cumpleaños, sino también el día de la primavera y disfrutábamos mucho de salir o reunirnos en una casa. A mí me encanta disfrazarme, así que comienzo yo y luego todo el grupo se va uniendo”.

Con la pandemia todas las actividades se han visto trastocadas y de golpe han tenido que recluirse en sus casas, “van a ser seis meses que no salgo de mi casa, estoy adentro, lo hago porque tengo que hacerlo pero no es lo ideal. A pesar de no estar juntas físicamente, permanentemente nos hablamos, nos reímos, aunque no seamos tan jovencitas, por ejemplo en mi caso en pocos días cumplo «mis queridos» 91 años. Tratamos en lo posible de quedarnos en casa, aunque hay una del grupo que se escapa un poquito cuando puede y camina y camina, pero ella siempre fue así”.

Cada día de la primavera las encontraba unidas, celebrando la vida y la amistad. El aislamiento hizo que la reunión no se pudiera llevar a cabo, pero ellas encontraron la forma de poder verse y dialogar.Gracias a las videollamadas pudimos estar juntas, yo me puse una peluca y me pinté los labios de rojo para hacer reír a las chicas, ellas se sumaron a la charla con gorros y flores para la ocasión. Si bien no pudimos estar todas al mismo tiempo, nos fuimos saludando de manera grupal y particular”.

Todas las mujeres del grupo extrañan salir, si bien se enganchan con series o novelas, les falta lo social, lo corporal, el verse y encontrarse. Muchos adultos mayores han atravesado situaciones de depresión o bajones anímicos por no poder realizar las cosas que acostumbraban. Ante la pregunta de cómo se hace para seguir pensando en positivo y ser resiliente ante la adversidad, Aida reflexionó: “En estos meses de encierro existen los bajones, en mi caso perdí a mi mascota que era mi compañero de muchos años, pero pese a las tristezas siempre pienso en salir adelante. A esta edad si nos quedamos, no nos va a beneficiar, aparte tenemos detrás grandes familias, en mi caso particular que vivo sola con 91 años siempre cuento con ellos que me apuntalan. Tengo mis bajones, una vida con muchos malos momentos, pero quiero decirles a todos los que ya sean grandes como yo, que no se dejen estar, si no sabemos qué hacer, pensemos cómo hacer para salir adelante”.

Con una mirada positiva y llena de vida, esta joven bisabuela que peina canas, acumula años y por sobre todo ganas de seguir adelante, arrojó un mensaje final para todos los adultos mayores:Tengan paciencia que pronto todo volverá a la normalidad y podremos encontrarnos, charlar, disfrazarnos y seguir riéndonos juntos. Si bien en el grupo todas somos grandes, no todas tanto como yo, queremos seguir pasándola lindo y divertirnos. Falta menos, chicas, chicos, ancianos y ancianas, sigan adelante que ya nos encontraremos”.