Por Aldo Battisacco desde Buenos Aires (enviado especial)

«Mi nombre es Elida Maldonado, soy la mama de Rodolfo Ferrero, que recibió un trasplante de médula con células de su hijo Alejo el viernes 21 de julio en el sanatorio que tiene Osecac en Capital…», cuenta a Conclusión con alegría y mucho cariño cuando habla de su hijo y del nietito.

Elida, madre de Rodolfo, vive en Puerto General San Martín. Su nieto, “el Enano”, de 8 años, es Alejo Esteban Ferrero Álvarez, donante de células de médula y quien tiene un hermanito que se llama Nahuel, quien aún no cumplió dos años.

Y sigue Elida contando a Conclusión cómo se inició todo: “El problema de Rodolfo comenzó en 2015 con una neumonía, se curó, pero no le podían estabilizar los valores en sangre, entonces se le realizó un estudio y se puedo diagnosticar una leucemia mieloide aguda. Luego se le hizo un tratamiento que fue intensivo y llegó a estar en terapia, con un alto riesgo para su vida, porque los médicos no le daban esperanza por el tipo de afección que se trata”.

Rodolfo y Alejo

“Pero gracias a Dios salió a flote y estuvo un año de tratamiento con tres quimios más. Los estudios que se le efectuaron en ese momento por las punciones que tuvo le dieron resultados negativos. O sea que estaba sano”, dijo serenamente Elida.

—¿Qué sucedió luego para tener que ser trasplantado?

—Transcurrieron 3 años en estas condiciones, sin tratamiento pero a comienzos de 2017, en enero, sufrió una recaída. Entonces los médicos decidieron hacerle un trasplante.

—¿Quiénes intervinieron para acompañar esta decisión?

—Se buscó en el Incucai, no pudimos conseguir un donante compatible en un 100 por ciento y viendo si era posible con algún familiar, resultó que Alejo tenía una compatibilidad de poco más del 50 por ciento.

—¿Y dónde lo atendían en Rosario?

—Las atenciones las comenzó por Osecac en el sanatorio Los Alerces, y su doctora -que es hematóloga- Franca Antognone, llegó a determinar que el donante debía ser Alejo.

—¿Por qué se realizó la donación en Buenos Aires en el Sagrado Corazón?

—En Rosario no se podía hacer la intervención que necesitaba porque solamente en el sanatorio Sagrado Corazón de Capital Federal, que pertenece a su obra social (Empleados de Comercio), es el lugar donde se podía hacer el trasplante. El 21 de julio le hicieron a Rodolfo el trasplante con células de Alejo, todo salió bien, y la respuesta es la normal de quien fue trasplantado.

—¿Cómo se llama el médico que intervino?

—El doctor se llama Miguel Ángel Sorrentino, él fue quien lo atendió desde los inicios y lo acompañó en su enfermedad. Nos internamos un jueves, hace dos semanas, se le hizo quimioterapia y luego de una semana se llevó adelante el trasplante. Alejo se internó dos días antes, pero primero hizo un tratamiento con vacunas para estimular la medula de Alejo para tener más cantidad de células y extraerlas. El nene es chiquitito y el papá grandote.

—¿Fue una intervención complicada?

—Por medio de un catéter le extrajeron las células al nene, y ya está en la casa y está perfecto.

—¿Qué dijo Alejo después de este gesto que tuvo con su papá?

—Alejo está feliz, dice que lo único que quiere es salvar al papá; él tiene 8 años, va a la escuela, y el doctor buscó que la intervención coincidiera con las vacaciones para que no falte tanto a la escuela.

—¿Cómo está Alejo?

—Está bien. Él y su papá se comunican todos los días, se mandan mensajes, audio y fotos.

—¿Y Rodolfo qué dice?

—Rodolfo está orgulloso de su hijo y agradecido, pero al mismo tiempo está preocupado también, porque parece que la cantidad de células que recibió no son suficientes, y quizá haya que hacer una nueva punción, esta vez no será por sangre sino por medula, esta idea lo tiene un poco incómodo, pero el doctor dice que si no es de esa manera podemos fallar y es una pena haberlo hecho pasar por todo esto y no seguir adelante.

—¿Cómo se sienten con la atención que recibió en el Sagrado Corazón?

—Muy bien, perfecto, es una atención increíble, nunca nos atendieron como acá, los médicos, enfermeros, y hasta hotelería tenemos, además el lugar donde paro es muy lindo.

—¿Qué dicen los médicos de la salud de Rodolfo?

—El médico me dice que en este momento mi hijo está muy bien, está esperando para evaluar como responde con las células del nene. Si bien Alejo no siente nada, solo tiene 8 añitos, sin embargo, Alejo no piensa en eso, él quiere que su papá esté bien.