MIéRCOLES, 27 DE NOV

El cura Ignacio Blanco aseguró que el FMI es «sinónimo de muerte» y se alarmó por el «cinismo» de Macri

Blanco realiza su tarea pastoral en la diócesis de Quilmes, es párroco en la zona de Plátanos y Hudson, y entre sus actividades se encuentra la relocalización de un asentamiento ubicado a la vera de un arroyo donde existen núcleos de gente muy necesitada.

El cura Ignacio Blanco, miembro del Grupo Opción por los Pobres, aseguró que el Fondo Monetario Internacional (FMI) es «sinónimo de muerte» y calificó de «cínico» al presidente Mauricio Macri por su brindis tras el acuerdo alcanzado con el organismo.

«Lo que se viene es muerte, el Fondo Monetario, más allá de que lo quieran pintar que ahora es bueno, siempre ha sido sinónimo de muerte, de hambre, de postergación, no soy optimista. Lo que se viene va a ser muy duro», manifestó Blanco.

«El Presidente brinda por el acuerdo con el Fondo, pero no hay nada por que brindar. Me llama la atención su cinismo, esto todo muy cínico», añadió el cura en declaraciones formuladas al programa Sintonía Fina, que se emite por FM Millenium.

Blanco realiza su tarea pastoral en la diócesis de Quilmes, es párroco en la zona de Plátanos y Hudson, y entre sus actividades se encuentra la relocalización de un asentamiento ubicado a la vera de un arroyo donde existen núcleos de gente muy necesitada.

«Sigue aumentando la pobreza, esto va a agravar la situación de los pobres, las políticas que se venían implementando ya no eran a favor de los pobres, y la atadura al Fondo Monetario y la toma de deuda que estamos haciendo es hipotecar el futuro de la patria», señaló.

«Desde el cambio de gobierno en el 2015 se fue haciendo un progresivo proceso del Estado corriéndose de las necesidades de la población, de la ausencia estatal recortando partidas presupuestas, esto se nota en el desmantelamiento de programas de asistencia de los pobres», agregó.

En el orden alimentario el cura destacó la multiplicación de comedores y merenderos que recrudece en los últimos tiempos con familias enteras que antes comían en sus casas y ahora deben recurrir a las parroquias para lograr algún tipo de asistencia.

«El gobierno acotó los presupuestos, hay cada vez menos aporte del Estado. Lo que habíamos conseguido en años de pensar en el derecho de las clases populares, poco a poco lo fueron retirando», expresó.

«Lo que se percibe en la gente es una sensación de tristeza, hay algo que se quebró en estos años y tiene que ver con la falta de trabajo, la gente no quiere planes sociales, quiere trabajo genuino», añadió en declaraciones al programa radial La que se nos Viene.

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