Las cancelaciones de reservas de productos turísticos y la abstención en materia de viajes generada por el coronavirus (Covid-19) en Argentina pueden generar una baja de ventas del 100% en el rubro, advirtieron desde el área empresaria, que pide una emergencia económica para la actividad, en tanto el Gobierno anunció la elaboración de un protocolo de actuación para la protección del sector.

El virtual cierre de fronteras a turistas de los principales emisores del hemisferio norte,como Estados Unidos, Europa, China y Japón, derivó en caídas de ocupación en vuelos domésticos a destinos internacionales, con la consecuente baja de reservas hoteleras y de paquetes turísticos, así como la renta de automotores, asistencia a restoranes y contratación de guías turísticos.

Sin embargo, el turismo a destinos nacionales para antes del invierno aún sostiene un crecimiento interanual, apoyado en la situación cambiaria, según algunos operadores locales.

El turismo de reuniones, donde Argentina es líder latinoamericano, con Buenos Aires como la principal ciudad de toda América para la actividad, fue el primero en caer, debido a que se realiza a puertas cerradas y con gran concurrencia internacional.

De similar manera se fueron suspendiendo las citas más importantes del deporte, como el Moto GP de Santiago del Estero, el mayor encuentro de esta disciplina en el país y parte del campeonato mundial del motociclismo, y le siguieron los encuentros artísticos, como Lollapalooza, que si bien se trasladó para la segunda mitad del año afecta la coyuntura de este semestre.

Juan Scartascini, titular de STRADA Viajes y parte de la comisión directiva de la Asociación Rosarina de Agencias de Viajes (ARAV), dialogó con Conclusión y expresó que «la situación es bastante compleja. En principio, por cuestiones de cancelaciones de vuelo y a la preocupación que tienen los pasajeros en cuanto a volar, reunirse y demás».

«En la operatoria turística hay complejidad y multiplicidad de proveedores. Al momento de analizar una reprogramación o cancelación de viaje, hay que ver cada proveedor y cada uno de los servicios para ver qué política de cancelación tiene», explicó.

Ante esta situación, cabe aclarar que las chances de que la persona que haya contratado un viaje pueda reprogramarlo o cancelarlo recuperando la totalidad de lo invertido son nulas. En el primero de los casos, seguramente se aplique costo extra por efectuar el cambio.

Según contó Scartascini, «las tarifas más económicas de las líneas aéreas, que son las que usualmente compran los pasajeros para vuelos turísticos, son las más restrictivas. No permiten cambios ni cancelación. Al momento de hacerlo, no se recupera dinero. Si en algún caso permiten hacer cambios, se cobra una penalidad. Esto es informado por las agencias de viaje al momento de la contratación».

A la cancelación de grandes eventos se sumaron las de numerosos festivales, fiestas patronales, encuentros deportivos y religiosos en ciudades y pueblos provincias, aún los que se realizan en espacios abiertos y al aire libre, como recitales y jineteadas y certámenes deportivos.

Sobre este punto, el titular de STRADA Viajes resaltó a Conclusión que «no hay afectaciones concretas en el sector, simplemente hay pasajeros que están consultando para ver si pueden reprogramar viajes o cambiarlos. Si bien se han suspendido eventos, en cuanto al turismo, no hay restricciones dentro del país. Esta situación va cambiando momento a momento, pero hay que llevar calma».

En este contexto, en la noche del jueves el ministro de Turismo y Deportes, Matías Lammens, recibió a representantes del sector, como la Federación Argentina de Asociaciones de Empresas de Viajes y Turismo (Faevyt), la Cámara Argentina de Turismo y la Asociación Hotelera Argentina.

Los empresarios pidieron que se declare la emergencia económica, productiva y fiscal para el sector, y ambas partes acordaron conformar una mesa de diálogo para monitorear la situación y concertar medidas.

Esa cartera informó que, entre otros puntos, se dispuso la elaboración de un protocolo de actuación para la protección del sector hotelero y la detección temprana de posibles casos de coronavirus en los establecimientos del rubro.

El ministerio, en conjunto con los bancos Central y Nación, la Administración Federal de Ingresos Públicos y la cartera de Trabajo, también comenzó a analizar la implementación de medidas que disminuyan el impacto económico del coronavirus en la actividad turística.

Datos difundidos este jueves por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censo (Indec), en su mensual Encuesta de Turismo Internacional, señalan que en enero hubo una caída interanual de 7,4% en los arribos del exterior, que fue del 19% en el caso de las salidas del país.

En enero, el Indec registró 314.000 llegadas de viajeros no residentes a Argentina a través de los aeropuertos de Ezeiza y la Ciudad de Buenos Aires -que concentran el 90% de ese movimiento- lo que marcó una baja interanual de 6,3%,en tanto las salidas por esas estaciones aéreas marcaron un descenso de 16,2% respecto del mismo mes de 2019.

Sobre las ventas de productos turísticos en general en enero y febrero, el presidente de Faevyt, Gustavo Hani, dijo que marcaron una caída cercana al 40%, mientras que por efecto del Covid-19 esperan una baja aproximada al 100%.

«Las agencias que hacían receptivo y turismo nacional venían sobreviviendo, pero ahora el caos es para todas», advirtió el dirigente, y agregó que «el turismo interno no venía muy afectado, pero es cuestión de que aparezca el primer caso autóctono», en declaraciones formuladas esta mañana, antes que se detectaran los primeros infectados en Argentina.

Por su parte, el vocal titular segundo de ARAV, Juan Scartascini, remarcó que «hay un combo bastante explosivo, en donde se mezcla la situación económica, con el impuesto PAIS, que ya venía afectando la actividad turística. A esto se le suma esta actualidad, que hace que la afluencia de pasajeros sea mínima. Las ventas actuales no están paralizadas, pero sí han bajado en un porcentaje drástico».