Por Marcelo Campanella

En la madrugada del lunes pasado, se produjo un evento astral que no volverá a ocurrir hasta el 2040: por primera vez en 18 años Mercurio, Venus, Marte, Júpiter, Saturno y la Luna se alinearon en el cielo.

Este fenómeno dio lugar al paso lunar por el signo de géminis conjuncionó con los planetas Mercurio y Venus que se encuentran transitando el mismo, logrando lo que en astrología se conoce como un «stellium» o cantidad de planetas en un mismo cuadrante o signo.

Al haber estado los mismos en aspecto tan cercano, han logrado que sus energías claves, como son emoción, afecto y acción, se sumaran a la capacidad pensante y mental propia del signo de los gemelos logrando de esta manera poner en marcha una serie de actuaciones propias para ellos y en entorno, en movimiento.

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Lamentablemente, tantos planetas en el signo pueden haber afectado el estado energético de las personas nacidas bajo el signo opuesto, los sagitarianos, que deben haber recibido más de un momento de desasosiego y frustración.

A este acontecimiento debemos sumarle que en la constelación de géminis encontramos 4 posiciones importantes de estrellas. Ellas son: Rigel, que otorga en los horóscopos la capacidad de las habilidades técnicas como manuales y el sentido del humor; Bellatrix, que da verborragia y tendencia a los accidentes, como también la pérdida del honor; la estrella Capella, que da el gusto por lo novedoso y los amigos influyentes; y Bentelgeuse, la estrella de las aspiraciones sociales, el encanto y el refinamiento.

Por lo tanto, podemos estar seguro que esta suma de energías astrales entre planetas y estrellas, han preparado el camino para que los magos del mundo y dirigentes actuales – cual encantadores de serpientes – inicien el camino de los trueques de las economías y finanzas globales, en algunos casos, logrando importantes acuerdos y beneficios para ambas partes, pero en otros pactos leoninos por represalias futuras.