El viernes Colón de Santa Fe festejó su primer campeonato en 116 años y la alegría sabalera explotó en las calles de esa ciudad y alrededores, provocando un verdadero caos en este contexto de pandemia. Y, como era de esperarse, eso repercutió enormemente en las guardias hospitalarias, ya de por sí, desbordadas. Desde el Hospital Cullen reconocieron que esos desbordes generaron alrededor de 70 nuevos pacientes entres accidentados y heridos en riña o por arma de fuego y que hubo momentos en que se vieron en serios problemas para resolver el caos generado.

En conferencia de prensa, Juan Pablo Poletti relató que «el ingreso a la guardia se vio notablemente aumentado desde el viernes, antes de partido, así como se vio aumentado notablemente el ingreso de casos que habían disminuido a raíz de las restricciones». «Todo lo que desencadenó el cameonato de Colón, que afortunadamente lo pudimos resolver,  pero nos vimos el viernes con serios problemas,  con camillas en los pasillos. Por suerte se pudo disponer de camas para los que requirieron internación y también hubo muchos casos con personas accidentadas que luego de su atención recibieron el alta».

Poletti detalló que el fin de semana hubo «40 accidentados, 14 heridos por arma de fuego, 3 heridos de arma blanca y entre 7 y 10 agresiones». «Esto hace un total de casi 70 personas, y se  incrementó mucho el trabajo porque es dable aclarar que, a su vez,  la guardia hoy cuenta con una sala de observación donde hay cinco pacientes con Covid y respirador. Así que hay un médico exclusivamente destinado a esa guardia, otro médico destinado al shock room y todos los ingresos que se dieron en la zona del «quirofanito». Realmente hubo más de 8 o 10 camillas articuladas de una forma para que entren y ahí es cuando se vio que no dábamos a basto»

Poletti aprovehcó para destacar el trabajo y agradecer a todo el personal que estaba de guardia porque «aumieron con muchísimo compromiso la responsabilidad que les toca». «Lo que da el equipo de salud, realmente no hay palabras, el que no ve lo que se trabaja, el que no ve lo que se vive en los interiores del  hospital no solo en la guardia, o en terapia, sino en cada sector, lo que es la oficina de compras, o el lavadero, o la oficina de personal con todos los reemplazos urgentes. Realmente hay 1800 empleados que están dando la vida por esto», destacó el profesional.

Sobre el final de la conferencia de prensa, reflexionó sobre lo ocurrido el fin de semana con una mirada crítica. «Mi dolor y mi tristeza es hacia la Asociación del Fútbol Argentino, hacia los dirigentes, hacia los que tienen la responsabilidad de gobernar una actividad como el fútbol, que es tan popular y que no la supieron manejar en un contexto de pandemia. A uno no se lo puede encerrar en una habitación llena de golosinas y decirle que es diabético y que no coma nada. Creo que si a uno le dan un campeonato en una ciudad, en este contexto, más alla de la actitud de la gente, esto es lo que iba a pasar. Hay que analizar lo que se hizo en estos tres meses de pandemia con el fútbol».