Los dientes y prótesis bucales en mal estado potencian hasta en un 53 por ciento el riesgo de desarrollar cáncer en pacientes que fuman y toman alcohol, según un estudio realizado por investigadores de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y publicado recientemente en UNCiencia.

El resultado del estudio adquiere relevancia especial porque, hasta el momento, se sabía que la ingesta de alcohol y tabaco favorecían el desarrollo de cáncer bucal, pero nunca se había probado que la irritación mecánica crónica potenciara la acción de esos factores.

El equipo de trabajo de la Facultad de Odontología de la UNC analizó datos recabados durante una década para cubrir un vacío en la bibliografía sobre ese campo. En los resultados concluye:

“La irritación mecánica crónica potencia y, en algunos casos, duplica el riesgo de cáncer bucal”.

Los investigadores explican que las posibilidades del cáncer “se potencian con la irritación mecánica crónica o trauma provocados por prótesis mal colocadas, desajustadas o dientes en mal estado”, ya que “van raspando o lastimando la boca durante meses o años”.

«El riesgo es mayor cuando la persona consume tabaco o alcohol, incluso en cantidades moderadas».

 

Muestras y datos

La investigación duró diez años. Los científicos realizaron entre 2009 y 2019 un muestreo entre dos grupos de 106 casos cada uno.

El primero de los grupos estuvo compuesto por pacientes con cáncer bucal, mientras que el segundo por personas sanas.

En todos los casos, explicaron los especialistas, se trató de personas mayores de 8 años –con una edad media de 63 años–, identificadas como varón o mujer que se atendieron en la Facultad de Odontología de la UNC o en el Servicio de Medicina Oral del Hospital Alemán de Buenos Aires.

La investigación determinó que el consumo de tabaco fue reportado en un 44,3% de pacientes con cáncer y en el 48,1% del grupo de personas sanas.

En cuanto a la ingesta de alcohol, el estudio concluyó que fue reportado en el 50% de los casos que se encuentran en el primer grupo, mientras que el 34% en el segundo.

En el conjunto de personas con diagnóstico oncológico, el 73,6% mostró evidencia de irritación mecánica crónica.

En ese sentido, las dentaduras postizas mal ajustadas y los dientes rotos que raspan la lengua son los traumas más comunes. En el grupo control, mientras tanto, solo el 32,1% presentó esta condición.

También se determinó que la combinación de irritación mecánica crónica y alcohol incrementa un 53% el riesgo de desarrollo de la enfermedad, indican los especialistas.

 

Los investigadores

Del estudio participaron el director del Departamento de Cáncer Bucal de la Organización Mundial de la Salud (OMS); académicos del Hospital Alemán de Buenos Aires, del Instituto Nacional de Investigaciones de Cáncer de Taiwán y de la Facultad de Odontología y Ciencias Craneofaciales del King’s College London.

“Nuestro estudio demostró que la irritación crónica está significativamente asociada con el cáncer oral. Los datos también mostraron que un mayor riesgo se correlaciona con la interacción no solo entre tabaco y alcohol, sino también entre esos dos factores y el trauma bucal”, señaló el director del estudio, Eduardo Piemonte.

Y remarcó: “Esto significa que los factores hacen sinergia. No hace falta fumar en exceso para desarrollar cáncer bucal. Hacerlo moderadamente con un mal estado bucal ya habilita esa posibilidad. En contraposición, una buena salud oral podría disminuir el riesgo de contraer esa enfermedad”.

Un dato que llamó la atención a los investigadores fue que la irritación crónica también se desempeñó como un factor de riesgo, incluso en ausencia de tabaco y alcohol. Pero esto no significa que sea cancerígena por sí sola.

“Los seres humanos están expuestos a varios factores cancerígenos, algunos todavía no identificados. Y, en ese marco, la irritación mecánica crónica podría tener un papel en un modelo multifactorial, incluso en ausencia de ambas drogas”, agregó Laura Cecilia Werner, integrante del equipo y parte del Hospital Alemán de Buenos Aires.