Detenidos del penal de Sierra Chica transcribieron una serie de libros clásicos traducidos al sistema Braille y los donaron junto a juegos didácticos para no videntes a una escuela especial de Olavarría.

«Blancanieves», “La bella y la bestia”, “El príncipe”, “Caperucita”, “Pinocho”, “El gato con botas”, “Tomás y las tijeras mágicas” fueron los cuentos elegidos para la actividad solidaria que se sumó a la confeccionaron juegos de Tatetí, Damas y Dominó.

La experiencia tuvo lugar en la Unidad 2 del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), en el marco del programa “Más trabajo, menos reincidencia” que impulsa el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires.

Los protagonistas de la iniciativa fueron internos alojados en el Pabellón Literario de la Unidad Penitenciaria Nº 2 y los beneficiarios fueron alumnos de la Escuela de Educación Especial N° 505 “Eusebio Domingo Bouciguez” de Olavarría.

Los internos utilizaron instrumentos como tablilla, punzón, como así también todo tipo de texturas y elementos que resultaron adecuados para la interpretación de una persona no vidente en la explicación de mapas, juegos didácticos y láminas temáticas entre otros objetos.

“Trabajamos con tablilla, punzones y hojas A4 de papel Manila, que es especial porque tiene 250 gramos. Los dibujos están realizados a mano, incluso la encuadernación y forrado de los libros. Están cocidos a mano con hilo y aguja. Usamos materiales como goma eva para decorar, cartón para hacer la tapa y madera para los juegos como el Dominó, Damas y Tatetí”, explicó Alejo, uno de los internos solidarios.

 

Celina Iguiñiz, la Coordinadora de los Pabellones Literarios destacó que “el taller surgió como propuesta de Alejo, porque ya había trabajo en braille. Lo comentó dentro del pabellón y se sumaron 25 internos. Cuando ellos terminen el taller comienza con otro grupo. Desde mi lugar colaboró con siguiéndoles materiales, acompañándolos en lo que necesiten e incentivándolos para que continúen con esta propuesta”.

Según informaron desde la dirección del penal, para esta entrega los internos Hernán, Alejo, Andrés, Fernando, Marcelo y Javier trabajaron durante tres meses.