En medio de una de las mayores epidemias de dengue que enfrenta Argentina y la región, un descubrimiento de investigadores y científicos del Conicet sobre el mosquito transmisor de la enfermedad implica un total cambio de paradigma y aporta evidencias que permitirán mejorar las estrategias de control de este insecto que también transmite los virus del Zika y del Chikunguña. Es que se decubrió que los mosquitos también son capaces de obtener oxígeno debajo del agua.

“El resultado de nuestro estudio es muy novedoso porque históricamente, y en la mayoría de los libros de biología, se dice que las larvas de Aedes aegypti respiran únicamente oxígeno atmosférico», señala Agustín Alvarez-Costa, uno de los primeros autores del trabajo del que participó como becario posdoctoral del Conicet.

Según explican los científicos, el trabjo analizó experimentalmente el consumo de oxígeno, bajo distintas condiciones. Eso permitió demostrar que las larvas completamente sumergidas pueden realizar intercambio gaseoso con el medio acuático, garantizando así su supervivencia”, indica Soledad Leonardi, también autora del trabajo e investigadora.Las larvas son acuáticas y hasta el momento se sabía que su respiración se daba a través del intercambio de oxígeno con el aire. Esto implica que las larvas de mosquito deben estar en contacto con la superficie del agua. Siguiendo esta lógica, algunos métodos de control buscan evitar este contacto, haciendo que las larvas permanezcan sumergidas. Nuestro trabajo indicaría que estos métodos no serían tan efectivos como se pensaba.”

Las claves del estudio

  • Respiración Acuática: las larvas del mosquito Aedes aegypti pueden vivir hasta 50 días sumergidas, dependiendo de las condiciones1. Esto significa que pueden realizar intercambio gaseoso con el medio acuático, garantizando así su supervivencia.
  • Nuevo Paradigma: históricamente, se afirmaba que estas larvas solo respiraban oxígeno atmosférico. Sin embargo, ahora sabemos que también pueden obtener oxígeno del agua.
  • Estrategias de control: este descubrimiento tiene implicaciones importantes para el control del mosquito, porque demuestra que los métodos que evitan el contacto de las larvas con la superficie del agua podrían no ser tan efectivos como se pensaba
  • Capacidad de supervivencia de la larva: varía según la temperatura del agua, con larvas sumergidas a 15°C viviendo más de 50 días.

Estrategias de control

Una de las principales medidas de protección para evitar la proliferación de los mosquitos Aedes aegypti y Aedes albopictus es tratar de evitar tener lugares que acumulen agua en el entorno porque se crían en recipientes artificiales (latas, baldes, cacharros, lonas y otros elementos).

También existen controles químicos como fumigación con termoniebla y productos que se aplican en los recipientes artificiales con agua contaminada con larvas. “Ahora, uno de los productos que se usaron históricamente como ‘método de asfixia’, son unos aceites, que lo que hacen es generar una película para que la larva no pueda acceder a obtener oxígeno del aire. Lo que nosotros decimos es que este método de control no sería efectivo en el corto plazo ya que, en el caso de Aedes aegypti, sus larvas pueden vivir varios días sin tener acceso al oxígeno atmosférico. Eso es lo que nosotros comprobamos en nuestros experimentos”, destaca Alvarez-Costa.

“Si bien nuestros resultados nos llevan a desestimar la efectividad de ciertos mecanismos de control de larvas, también nos indican que el oxígeno atmosférico es necesario para completar el proceso de muda y desarrollar en pupas, y que hay un efecto importante de la temperatura en la supervivencia. Conocer estos aspectos claves de la biología de los mosquitos nos va a permitir desarrollar nuevas estrategias de control”, puntualiza Leonardi. Y continúa: “Sería interesante replicar los experimentos que hicimos en otros mosquitos como los Anopheles o los Culex, vectores de enfermedades como la malaria y el virus del Nilo”.

“Me parece importante resaltar lo fundamental que resulta conocer y estudiar aspectos básicos de la biología de los organismos para poder desarrollar estrategias de control”, concluye la investigadora del Conicet.