JUEVES, 28 DE NOV

Darío Sztajnszrajber: «Las etiquetas anulan la posibilidad de reflexión»

El filósofo dialogó con Conclusión sobre temas como la política, los medios, y la coyuntura actual. "La filosofía se trata de encontrar herramientas para repensar mejor el mundo del trabajo o el poder", subrayó.

Entrevista: Marcelo Chibotta

Video y fotos: Hernán Cabrera

Pensar cuestiones como la política, el poder y los medios de comunicación por ejemplo, no es fácil. Aunque hay personas que facilitan la comprensión de fenómenos complejos y pueden hablar de Hegel, Nietzsche y Platón como si estuviese hablando de Estudiantes de La Plata, Bilardo y una pelota.

Darío Sztajnszrajber es uno de ellos. Es docente universitario, pero más que por su trabajo específicamente académico o sus libros, se lo conoce por su labor en TV, radio y teatro. Condujo el programa de Canal Encuentro “Mentira la Verdad”, que fue nominado al premio Emmy, el envío radial “Demasiado Humano” y ha realizado columnas en Metro y Medio, entre otros trabajos.

Con todo, Darío Z es un divulgador científico con todas las letras, incluso esas que pueblan su apellido de puras consonantes. En un mano a mano con Conclusión, el pensador no le escapa a nada, hasta brinda su perspectiva sobre la gestión de Cambiemos y el anterior gobierno.

La filosofía no se trata de hablar de Platón, Nietsche como si fuese una clase de la Facultad, sino de encontrar herramientas que puede proveer para repensar mejor el mundo del trabajo o el poder”, dispara el filósofo dando el puntapié inicial a la charla.

“Me parece que asistimos a un tiempo de reformulación de las disciplinas que se relacionan con el conocimiento. Y las Humanidades están apostando a entender que analizar el espíritu humano de nada sirve si no lo relacionas con lo que le pasa. Asistimos a tiempos revolucionarios en ese sentido. Hay una democratización de los saberes. La posesión ya no viene de una casta que baja a los alumnos por ejemplo”, analiza el hombre de apellido poco amigable con el correr de la conversación.

Luego, al ser consultado, el docente y divulgador se adentra en la coyuntura política local y la etiqueta de “filósofo K”.

“Yo lo que creo es que las etiquetas no ayudan a pensar las ideas, cuando se habla de periodistas oficialistas o filósofos M, lo que se hace es adosarle una etiqueta que se termina licuando el desarrollo de un trabajo, de una reflexión, de un pensamiento. Entonces a mí no me gusta hablar de filósofos K ni anti K, me parece que ese tipo de denominaciones, lo que hace es disolver lo rico que tiene cualquiera que haga filosofía. Yo en todos encuentro algo interesante, con algunos tendré mayor empatía política, con otros no, pero hay un dispositivo de reflexión que parte de la filosofía que me acerca. A mí me encanta leer y escuchar a los que hacen filosofía, aunque políticamente piensen diferente. Es más, me entusiasma más leer los que no piensan como yo”, responde Sztajnszrajber.

«Yo siempre voy a estar a favor de un modelo de país nacional y popular, lo lidere quien lo lidere»

“Estas etiquetas lo que hacen es anular esa posibilidad. Es un pensamiento binario, reductivo, de consumo fácil, para poder titular en la tapa de un diario: filósofo K o anti K que es lo que más garpa en los medios, porque los medios no pueden tener matices. Los medios necesitan rápidamente ubicar porque se renuevan día a día. Hay una necesidad imperiosa de generar situaciones de rapidez de consumo y hay una importante banalización de la reflexión y de la problematización. Desde ese lugar descreo de las etiquetas. Obviamente me sentí muy identificado con las políticas del gobierno anterior y el modelo de país que proponía. Ese modelo de país a mi me representa excediendo a las personas. Yo siempre voy a estar a favor de un modelo de país nacional y popular, lo lidere quien lo lidere. Y voy a plantear mis disidencias con el modelo opuesto, que dice para simplificar que la economía debe dirigir la política, a mi me interesa lo contrario”.

“Hasta me resulta interesante que esté todo tan claro, está claro cuál es el proyecto de la alianza Cambiemos y esta bueno porque uno frente a eso puede tomar partido. Pero yo tomo partido más allá de las personas, que son medios para que las ideas se puedan desplegar”, cierra Darío demostrando que en derredor suyo, lo único complicado es su apellido.

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