Muchos de los productos que consumimos requieren enormes cantidades de agua para su cultivo o fabricación. Un kilo de carne de res, por ejemplo, requiere 15.415 litros de agua, que se utilizan mayoritariamente para el cultivo de los alimentos que consumen los animales.

La industrial textil consume en un año el equivalente a 32 millones de piscinas olímpicas. Una camiseta simple puede llevar 2720 litros de agua y un par de jeans requieren 10.000 litros para su fabricación.

Las centrales eléctricas de carbón en todo el mundo consumen el equivalente a las necesidades de agua de 1000 millones de personas.

 

Según la Organización de las Naciones Unidas, 2.100 millones de personas no tienen acceso al abastecimiento de agua potable, 844 millones no tienen acceso a un servicio básico de agua potable. Anualmente fallecen 36.000 niños menores de cinco años por enfermedades de origen hídrico tales como la fiebre tifoidea, hepatitis A, disentería o cólera.

Se prevé que el cambio climático aumente la escasez del vital líquido, además de generar mayor presión en el abastecimiento. Se espera que cause un impacto en el producto interior bruto de muchos países, impulse la migración e incluso cause enormes conflictos armados.