Por Alejandro Maidana

Vaca Muerta nos muestra distintas colectoras que al final del camino desembocan en sus pozos petroleros. La venta de arena para la perforación, puso a Entre Ríos en el eje de un debate que tiene su anclaje en la transformación de recursos naturales en commodities.

Tecpetrol es una empresa creada en los 80 que cuenta con una gran trayectoria en la exploración y producción de petróleo y gas, y en transporte y distribución de este último. La dependencia de la arena para la perforación de pozos, empujó a Tecpetrol a negociar con una compañía belga radicada en Entre Ríos (Jan de Nul), la compra de toneladas de estas pequeñas partículas.

Es preciso destacar que el costo actual es de 180 dólares la tonelada, algo más que seductor para una empresa que se encuentra enclavada en suelo neuquino, destacando que si tuviera que adquirir arena en el exterior, el precio ascendería a los 300 dólares. Un negocio que interpela profundamente el verdadero valor de los recursos naturales provenientes de nuestras aguas, un impacto notable a un ecosistema que contempla cotidianamente su degradación.

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Con la intención de conocer los detalles de una situación que ha alertado a distintas organizaciones ambientales y al pueblo en general, Conclusión dialogó con Facundo Scattone Moulins, integrante de la Coordinadora por una vida sin agrotóxicos de Entre Ríos, y del Colectivo Basqüadé en Concordia. “Para nosotros la producción de arena es histórica y está relacionada a una industria minera y la fabricación de vidrios y demás. Debido al auge de Vaca Muerta y el fracking, las empresas comienzan a pensar a la misma en la producción de pozos petroleros”, indicó.

A fines del 2015 la producción de arena para fracking se abriría paso, “es en ese momento cuando las cuatro empresas comienzan a reperfilar su meta. Esto claramente cobra visibilidad a través de un proyecto del Grupo belga Jan de Nul que pretende comenzar con una explotación en Diamante que involucraba a los humedales. Después de sendas visitas a Vaca Muerta y Mendoza, pudimos llegar con la UAC (Unión de Asambleas Ciudadanas), y se comenzó a hablar de que frenar la arena significaba frenar el fracking, desde ese momento seguimos tejiendo estrategias”.

El proyecto belga que busca expandirse en Diamante cuenta con una traba, “las dos provincias productoras con más ahínco son Entre Ríos y Chubut, esta última no permitía la comercialización sin un proceso industrial previo. Es ahí donde nuestra provincia recién comienza a avanzar en la consideración de la arena como un insumo que pueda darle valor. Hoy en día la arena va a YPF que es la encargada de industrializarla para luego enviarla a sus pozos no convencionales en Vaca Muerta”, sostuvo Facundo.

Lo que se le está pidiendo a la empresa belga, es que industrialice en la provincia para de esta manera poder elevar su valor, ya que en Entre Ríos el costo es muy inferior al de Chubut. Según datos oficiales de la Secretaría de Minería, en la provincia sureña el precio es de 138 dólares la tonelada, mientras que acá se puede conseguir a 40. Lo que sucede con la industria de la arena, es que su logística para trasladarla desde Entre Ríos a Vaca Muerta, insume el 60% de su precio final”.

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La apropiación de un bien común para dolarizarlo y convertirlo en un commoditie. “Las arenas en las costas de los ríos, cumplen un rol fundamental en la conservación y depuración de los mismos, por eso es que la han llevado a un precio dólar para convertirla en un commoditie para poder exportarla. La mercantilización de los bienes comunes como es el caso de la arena, trae aparejada la lesión de los ecosistemas que tenemos en la provincia, y el deterioro de la salud pública, tanto de los que habitan las zonas afectadas, como la de los trabajadores de un industria que comienza a ser cada vez mas intensiva”.

Entre Ríos es un provincia pionera en torno a la prohibición del fracking, claro está que esto no hubiese sido posible de no mediar el estoico trabajo de distintas organizaciones que impulsaron casi cuarenta ordenanzas en distintos municipios. Una notable estrategia de cercar al fracking de manera local, para luego obligar al gobierno provincial a prohibirlo en todo el territorio.

Una legislación que no contempla el tema de las arenas, “cabe destacar que esto no sucedió porque desde las asambleas lo tomamos como un tema menor, sino porque todavía hasta ese momento, Entre Ríos no exportaba arena hacia Vaca Muerta. Si bien había algunas sospechas, no había constatación alguna, hoy si se sabe por información oficial que en 2018 esta provincia exportó el 75% de las arenas a Vaca Muerta, superando el día de hoy el 80%”, enfatizó Scattone Moulins.

Por otro lado, la legislación minera con la que cuenta Entre Ríos, solicita permisos pero no discrimina entre las actividades que se llevaran a cabo. Por ejemplo, se puede extraer otro tipo de arenas (no la utilizada para el fracking) para poder construir, y éstas tienen los mismos requerimientos ambientales que las arenas silíceas para enviar a Vaca Muerta. Esto es de sumo cuidado, ya que en la extracción de esta arena, se puede producir la silicosis, una enfermedad de riesgo que no se contempla, debido a que no se respetan los parámetros ambientales.

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El deterioro de la salud de los que trabajan en la extracción, y el daño irreversible a los ecosistemas como puntales de una discusión que avanza. “El gobierno desoye sobre la intensidad con la que ha avanzado la industria en la provincia de Entre Ríos. Si bien este es un reclamo más de fondo, el mismo tienen su anclaje en cómo se perjudica por parte de las areneras, los procesos de los ecosistemas que tenemos por ejemplo el Sitio Ramsar. Vuelvo a insistir que si bien la historia de la industria arenera es de larga data, con la intensidad que ha tomado, también ha multiplicado los daños ambientales. Este es el punto que el gobierno desoye, por eso apuntamos desde nuestro lugar a detener la extracción de arenas silíceas”, dijo.

El reclamo se globaliza tomando claramente un aspecto nacional, cuando no se pide que se fortalezca la seguridad para extraer las arenas para fracking, sino que en Entre Ríos se pide que se prohíba la venta. “Una provincia que ha prohibido esta actividad en su suelo, no puede ser sostén de otras que impulsan el fracking en el territorio nacional. La lucha no es para mejorar los parámetros de seguridad, sino para prohibir la venta que impulse una actividad sumamente dañina para el ambiente en general”.

Un posicionamiento sumamente coherente y responsable que no hace otra cosa que preservar el espíritu de una legislación provincial que le ha dicho no al fracking. Por otro lado, la producción de arenas silíceas aumentó un 175% desde el 2010, esto tiene que ver con el inicio de Vaca Muerta a través de un pozo exploratorio. “Desde ese momento ha tenido su curso, y nunca ha parado, si bien su producción disminuyó en ciertos periodos en donde Vaca Muerta no avanzó. Volviendo al tema de la globalidad, Argentina en el 2015 llegó a tener 200 pozos perforados, mientras que un año después el precio del petróleo caería súbitamente, al igual que la venta de arena, ya que solo quedarían operativos solo 90 pozos en nuestro país”.

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Luego de esa baja y hasta 2018, de acuerdo a datos oficiales de la Secretaria de Minería, se ha recuperado la actividad pero no en su totalidad. “Es en ese momento donde Entre Ríos supera a Chubut en la venta de arenas silíceas, abasteciendo a Vaca Muerta con el 75% de este bien común convertido en commoditie. Claramente esto nos empuja a analizar el aspecto económico de la industria arenera, ya que después de la caída de esos 200 pozos los mismos nunca se recuperaron en su totalidad y ni hablar de lograr incrementarlos. En ese marco, todo lo que refiere a la industria con esa capacidad de generar empleos y divisas para la provincia, queda atado a los commodities internacionales como el petróleo, que de ocurrir lo del 2016, empujaría el derrumbe del circuito que depende de él”, concluyó.

La industria de la arena silícea trae consigo no solo un daño letal al ecosistema, también genera un importe avasallamiento en la salud de los trabajadores que deben exponer su cuerpo para que la actividad siga su curso exponiéndose a la silicosis, una enfermedad crónica del sistema respiratorio.

Los pueblos eligen de qué manera quieren vivir y trascender, la necesidad del cuidado del ambiente no debe quedar marginada solo a aquellos grupos que intervienen de manera digna y comprometida. Somos constructores de nuestro presente, responsables máximos de lo que van a heredar las generaciones futuras que contemplan con ojos impertérritos, el daño letal que originan la avaricia y la inconsciencia mas supina.