Las profecías de Santos, Papas, místicos y de la Virgen María sobre cómo llegaremos a un mundo unificado por la fe cristiana. La idea de un período de florecimiento y prosperidad para la fe, y predominio espiritual de la Iglesia, antes del final de la historia y la Segunda Venida de Cristo, es una idea sostenida por numerosos santos, teólogos y profetas a lo largo de la historia. Y es muy fuertemente proclamada por las revelaciones de la Virgen María en sus apariciones de los últimos siglos.

Incluso Ella misma le ha dado el nombre de Final de los Tiempos. Aquí hablaremos sobre lo que han dicho santos, papas, místicos y la Virgen María de ese período que ya tendríamos sobre nosotros.

La predicción de un triunfo histórico para la Iglesia y la Civilización Cristiana es una idea vigorosa y una tradición consistente de muchos teólogos y santos de la Iglesia a lo largo de la historia. Sus profecías apuntan a un futuro de triunfo para la Iglesia y para la civilización cristiana, antes de la Segunda Venida de Cristo.

Este triunfo, no propone un «reino visible» de Jesucristo sobre la Tierra, sino que un período histórico en el que la Iglesia florecerá antes de la llegada del último y más poderoso anticristo.  Y sería inviable que sucediera durante la presencia visible de Jesucristo en la Tierra, porque entonces haría superflua la misión de la Iglesia.

El gobierno visible de Cristo sucedería al final de la historia, cuando Jesucristo vuelva a derrotar al último y más feroz anticristo, realice el Juicio Final, y envíe a los demonios y sus secuaces al infierno para siempre.

Este triunfo de la Iglesia no está vinculado con ninguna forma de milenarismo, que ya ha sido condenada por la Iglesia, porque como dijimos, precederá no sólo a la Segunda Venida de Cristo, sino también a la destrucción del último y más poderoso Anticristo. Le llamamos el Final de los Tiempos.

San Buenaventura, doctor de la Iglesia, concebía la idea de una época de triunfo de la Iglesia y de la Civilización Cristiana, que veía como una era de descanso sabático dado por Dios, pero no como una paz eterna que nunca terminará al lado de Dios, que es el Cielo.

En lugar de eso, él creía que sería una paz que Dios establecerá en esta misma Tierra, luego de tanta sangre y lágrimas. Como si Dios quisiera mostrar cómo debería haber sido el mundo de acuerdo a sus designios.

Santo Tomás de Aquino, por su parte, sostenía que el hombre es, por naturaleza un ser social, y que está llamado no solo a su santificación personal, sino también a la santificación de la sociedad. Y si la historia humana no alcanza este pico de perfección social, se vería afectada la gloria de Dios, que es el fin último de la Creación.

Plinio Correa de Oliveira habla del Reino de María y sostuvo que será una época en que la Iglesia, el Cuerpo Místico de Cristo, tendrá una gran influencia y desempeñará un papel primordial como nunca antes en la historia.

Sin embargo, a pesar de esta preeminencia de la Iglesia, no excluye la presencia del pecado ni la acción del demonio, sólo estarán mitigados.

San Luis Orione habla de un tiempo futuro lleno de esperanza, diciendo «¡Una gran época está por venir!». Él prevé una sociedad restaurada en Cristo, que se mostrará más joven, brillante, renovada y dirigida por la Iglesia.

El catolicismo, lleno de divina verdad, caridad, juventud y fuerza sobrenatural, se levantará y se pondrá a la cabeza del mundo, para conducirlo hacia la honestidad, la fe, la felicidad y la salvación.

San Maximiliano Kolbe tuvo una visión similar, afirmando que estamos viviendo en una época que podría llamarse el comienzo de la era de la Inmaculada. Bajo su estandarte, se librará una gran batalla y nosotros, sus fieles seguidores, enarbolararemos sus banderas sobre el rey de las tinieblas.

Kolbe creía que la Inmaculada se convertiría en la Reina de todo el mundo y de cada alma en particular. Entonces, las luchas de clases desaparecerían y la humanidad se unificaría, viviendo en paz y armonía. Esta sería una era donde el amor al prójimo prevalecerá, y el espíritu de caridad y entendimiento reinará. Los Papas no estuvieron ajenos a esto.

San Pío X, conocido por su devoción a la Virgen María, también habló de un tiempo de triunfo. Visualizó una era en la que la «verdadera paz» será restablecida en el mundo a través de la Iglesia y bajo la guía de la Madre de Dios.

Un tiempo en que la humanidad, liberada del yugo del mal, se volverá a Dios y se vivirá en una verdadera paz, la paz que solo Dios puede dar.

San Juan XXIII proclamó su convicción de que la civilización no se dirigía hacia su desaparición, sino que, por el contrario, entraba en una nueva fase de su historia. Sugirió que los conflictos actuales son los dolores de parto de una nueva humanidad, más unida, más consciente de su propia dignidad, y de su propia responsabilidad en el mundo, y más decidida a servir a su verdadero bienestar. Y San Juan Bosco tuvo un sueño en el que vio dos pilares en medio del océano.

Uno de ellos tenía una estatua de la Virgen María con la inscripción «Auxilio de los Cristianos», y el otro, una gran Eucaristía con la inscripción «Salvación de los Creyentes». Y vio un Papa guiando la Iglesia, simbolizada como un barco grande, que mientras resistía los ataques de barcos enemigos, se terminaba anclando a los dos pilares, como una premonición de la futura victoria de la Iglesia contra los ataques de las fuerzas del mal.

Nuestra Señora ha hablado mucho de esta época en Sus apariciones. Nuestra Señora del Buen Suceso hizo predicciones a Sor Mariana de Jesús Torres de una época llena de calamidades, pero al final, llegará un momento en que Ella, de manera asombrosa, derrocará a satanás, liberando a la Iglesia de la cruel tiranía demoníaca.

Según las revelaciones de La Salette, Jesucristo enviará a sus ángeles para exterminar a sus enemigos, haciendo que la Tierra quede desierta. Y luego se hará la paz, se producirá la reconciliación entre Dios y los hombres, y la caridad florecerá en todas partes.

Nuestra Señora de Fátima en 1917, dijo a los niños pastores, que «al final, mi Inmaculado Corazón triunfará», y junto con ese triunfo se dará al mundo un período de paz. Lo que luego fue reafirmado por Ella al Padre Gobbi.

Santa Catalina de Siena profetizó una gran reforma en la Iglesia y una renovación de los santos pastores que causará un regocijo en todas las naciones. Predijo que los pueblos infieles, atraídos por el buen olor de Jesucristo, se convertirán al verdadero Pastor.

La Beata Isabel Canori Mora predijo que Dios utilizará los poderes de las tinieblas para eliminar a aquellos que intentan erradicar a la Iglesia Católica. Mientras los verdaderos cristianos serán protegidos por los apóstoles Pedro y Pablo, en una visión similar a La Salette.

Y finalmente, el mensaje de Garabandal sugiere que el Aviso, el Milagro y el Castigo son los eventos que se desarrollarán en un futuro cercano, que inaugurarían este nuevo período en la historia de la humanidad, durante el cual habrá un florecimiento de la Iglesia. Y a esto mismo apuntan los mensajes dados por Nuestra Señora en los primeros años de las apariciones de Medjugorje.

De los que luego no habló más, por el bien de que no pereciera en manos de sus enemigos dentro de la Iglesia, y pudiera cumplir su misión de acercar a los incrédulos a la conversión. Bueno hasta aquí lo que queríamos hablar sobre el tiempo de paz, triunfo de la Iglesia y la Civilización Cristiana, y el papel central de la Virgen María en este Final de los Tiempos.

Y me gustaría preguntarte si crees que ya estamos cerca de la batalla para el Triunfo del Inmaculado Corazón de María o todavía no.

Fuente: Foro de la Virgen