El calor, los cambios de temperaturas, las piletas, el río, los bichos; todos, protagonistas del verano y principales causantes de las enfermedades que atrapan a los pequeños en esta estación del año. En diálogo con Conclusión, el pediatra Gonzalo Javier Abad (mat. 17476) nos cuenta cuales son las más frecuentes y nos da recomendaciones a tener en cuenta para evitarlas…o transitarlas de la manera correcta.

La gastroenterocolitis, las quemaduras del sol, las picaduras y las otitis lideran el ranking. Sin embargo hay otras afecciones que aparecen y para las cuales debemos ser precavidos.

Gastroenterocolitis: la mala de la película veraniega

En los niños una de las enfermedades de verano más frecuentes son las gastroenterocolitis agudas virales o bacterianas que cursan con vómitos, fiebre y diarrea. Esto es así, en primer lugar por la transmisión a través de los natatorios cuando las condiciones de higiene no son las adecuadas. En segundo lugar, es la estación donde los niños consumen mucho más líquido y no se tiene en cuenta en la higiene de éstos; desde tomar todos del mismo pico, hasta el agua de las piletas.

Por otro lado cuando un niño tiene una gastroenterocolitis y se mete a la pileta después de haber ido al baño, puede contagiar a otros desde el agua. Las gastroenteritis que cursan con vómitos, fiebre y diarrea

Otitis externa: una difícil prevención

Otra enfermedad bastante frecuente es la otitis externa, que también está relacionada con los natatorios. Cuando queda humedad en el conducto auditivo externo, que promueve la regeneración de baterías, se generan infecciones en dicho conducto que se traducen en dolor. Fundamentalmente son fuertes dolores pero no producen fiebre.

Conjuntivitis: a usar antiparras

Una tercera afección recurrente en esta época es la conjuntivitis. Venimos de la primavera arrastrando las conjuntivitis estacionales (alérgicas) y continúan en el verano las conjuntivitis bacterianas íntimamente relacionadas con el cuidado y la higiene de los natatorios.

Piletas limpias, menores riesgos

Es importante tener en cuenta renovar el agua, usar cloro y mantener el PH de la pileta. Esto promueve al cuidado de estas infecciones. No obstante, ni el cloro ni los alguisidas que se colocan en el agua, combaten el 100 por ciento de las bacterias y los gérmenes. Hay gérmenes que siguen dando vueltas y hay algo resistente que pueden generar infecciones.

Las picaduras: los insectos en primera plana

Al estar más en contacto con la naturaleza, es más frecuente que los pequeños sufran picaduras de mosquitos, avispas, arañas, alacranes u otro insecto que los alcance. Además, es el calor el causante de que “los visitantes” deambulen por doquier y se repliquen.

Muchas personas van a la isla en verano y no tienen los cuidados de renovación de los repelentes o medidas de precaución para las picaduras.

Cada dos o tres horas hay que colocar repelente; puede ser en base a citronella para los más chiquitos o el convencional para los más grandes. También se pueden utilizar repelentes externos como las pastillas o líquidos ambientales.

En el caso del espiral, Abad dijo que no es recomendable, porque emite un humo bastante irritativo para las vías respiratorias del niño. En un lugar cerrado es recomendable utilizar otros métodos.

En todos los casos utilizar medios físicos como mosquiteros y tules para los bebés.

Alerta alacranes o escorpiones

Ante cualquier picadura, tanto de escorpión o serpiente, se debe consultar rápidamente al centro médico. En Rosario hay que recurrir al Hospital Provincial que es donde funciona el Centro Toxicológico provincial. A nivel privado, el centro de toxicología está por calle Alvear al 800. No administrar ningún medicamento ni poner apósitos ni nada hasta que lo vea un profesional.

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Quemaduras solares: un problema que se puede prevenir

Es fundamental usar protector solar y renovarlo con la frecuencia adecuada. Lo ideal es utilizar factores mayores a 50 que son bloqueadores solares y renovarlo cada dos o tres horas.

Las remeras UV son fantásticas para los niños ya que tienen el filtro de rayos ultravioleta. Lo importante aclarar es que los rayos infrarrojos no producen quemaduras porque no tienen la longitud de onda para eso, sino que sólo producen calor. Los ultravioletas sí queman y son de los cuales hay que cuidarse.

No obstante no hay que colocar las remeras UV como método de protección único; siempre hay que utilizar protector solar debajo de la misma y es fundamental (sobre todo en bebés) ponerles bloqueador solar en el cuero cabelludo y posteriormente un sombrero.

Otro punto importante es destacar que estar en la sombra no es garantía de que los pequeños no se quemen. El no estar expuestos al sol, no significa que los rayos no los alcancen. Por tal motivo, hay que realizar todas las medidas que detallamos.

Hace poco tiempo, salió al mercado una marca de bloqueador solar de base mineral que esta diseñado para bebés menores de seis meses. Esto no existía antes y ahora ya se consigue.

Ser precavidos

En las quemaduras es significativo resaltar que hay que estar atentos ya que en el momento la afección no se ve, sino que las lesiones aparecen después: puede ser el eritema (enrojecimiento de la piel) hasta la forma ampollar (quemadura de tipo A-B) y puede dejar secuela.

Golpes de calor: no tienen edad

Se producen al estar por un tiempo prolongado, expuestos a altas temperaturas; no necesariamente en el sol, sino que en lugares muy calurosos o cerrados.

Lo que sucede es que en el sistema nervioso central tenemos un termostato que se llama hipotálamo y que al estar expuestos al calor, cambia la codificación de la temperatura, y libera hormonas a la sangre que son las que provocan los síntomas del golpe de calor: mareos, nauseas, vómitos, sudoración profunda, dolores de cabeza, diarreas, hipotensión.

Aire Acondicionado: Sí

Al contrario de lo que se cree que los bebés sufren el frío, los pequeños sufren más el calor. Siempre utilizándolo en la temperatura de 24º es muy beneficioso. Los bebés tienen una grasa termoreguladora llamada grasa parda que los resguarda del frío pero no del calor. Por lo cual es necesario tenerlos confortables.

Sí o sí estos cuadros son motivo de consulta del médico. Los diagnósticos y los tratamientos de cada uno son diferentes y necesitan una supervisión profesional. En todos los casos también la hidratación debe ser permanente y el cuidado a la exposición solar también; no estar expuestos desde las 11 a las 16 y siempre con bloqueadores solares y luego de salir de la pileta usar una crema hidratante natural  por la deshidratación de la piel.