Por Emmanuel González

Ante la llegada de los fríos intensos y la consecuente circulación de virus respiratorios que afectan la salud de personas de todas las edades, se deben adoptar sencillas medidas de prevención que colaboran a la disminución de la transmisión de esos virus como pueden ser:

  • El lavado frecuente de manos (si no se cuenta con agua se puede utilizar alcohol gel o al 70%),
  • La ventilación de ambientes
  • El mantenimiento de la lactancia materna en bebés
  • Toser o estornudar cubriéndose la boca con el pliegue del codo, contribuyen a la disminución de la transmisión de esos virus.

La gripe estacional es una infección vírica aguda causada por un virus gripal. Se transmite fácilmente de una persona a otra a través de las gotitas que se diseminan al toser o estornudar y de superficies u objetos contaminados con estas secreciones.

Los tres tipos de gripe

Los virus gripales se identifican como A, B y C, siendo las del tipo A las que se presentan con mayor intensidad durante estas etapas del año.

En la actualidad están circulando en el ser humano virus de los subtipos A (H1N1) y A (H3N2). El virus A (H1N1) circulante también se denomina A (H1N1)pdm09, dado que causó la pandemia de 2009 y posteriormente sustituyó al virus A (H1N1) estacional que había circulado hasta 2009. Todas las pandemias conocidas han sido causadas por virus gripales de tipo A.

En tanto, los virus de tipo B circulantes pueden dividirse en dos grandes grupos (B/Yamagata y B/Victoria) y no se clasifican en subtipos.

Dado que los virus A y B circulantes causan brotes y epidemias, en las vacunas contra la gripe estacional se incluyen las cepas pertinentes de virus A y B.

Por otro lado, los virus de tipo C se detectan con mucho menos frecuencia y suelen causar infecciones leves, por lo que su impacto en la salud pública es menos importante.

El virus de la gripe puede causar enfermedad grave, e incluso la muerte en personas con alto riesgo, como lo son las embarazadas, los niños de 6 a 59 meses, los ancianos, los pacientes con determinadas enfermedades como VIH/sida, asma, neumopatías crónicas o cardiopatías crónicas y los profesionales sanitarios. El tiempo transcurrido entre la infección y la aparición de la enfermedad (denominado periodo de incubación) es de aproximadamente 2 días.

Por su parte, el Ministerio de Salud de la Nación Argentina recomienda la vacunación anual en embarazadas, puérperas, niños de 6 meses a 24 meses, niños y adultos con enfermedades inmunológicas o crónicas como diabetes, obesidad, enfermedades respiratorias, cardíacas o VIH entre otras. Para estos grupos, la vacuna es gratuita y obligatoria en hospitales y centros de salud públicos de todo el país.