El mal de Chagas es una enfermedad causada por un parásito llamado Trypanosoma cruzi, que puede vivir en la sangre y tejidos de personas y animales, y en el tubo digestivo de insectos como la vinchuca o chinche. Como este insecto se alimenta de la sangre de personas y animales, al picar transmite la enfermedad. En Argentina, se estima que la cantidad de afectados alcanza aproximadamente al millón y medio de personas.

Actualmente no existen vacunas preventivas ni terapéuticas para la afección. En este sentido, un grupo de investigadores argentinos del Conicet y la UBA desarrolló una vacuna experimental cuyos resultados preliminares son prometedores. El hallazgo refiere al estudio de los efectos de una molécula diseñada que combina las características inmunogénicas más importantes de tres antígenos del parásito que provoca la enfermedad.

«Se trata del estudio de los efectos de una molécula que combina las características inmunogénicas, es decir, aquellas que causan inmunidad, más importantes de tres antígenos del parásito que provoca la patología», explicó el investigador según informes difundidos hoy por la UBA y el Conicet.

«El tratamiento actual del Chagas consiste en la administración de una droga llamada ‘Benznidazol’, que es importante cuando el parásito está en circulación pero adentro de los tejidos, que es donde se aloja el Trypanosoma, no lo elimina», agregó.

«En cuanto ingresa al organismo, el parásito invade los macrófagos, que son células muy agresivas del sistema inmune pero no activadas para matarlo, entonces se aprovecha de eso y se reproduce. Con el tiempo, se traslada a otras células menos agresivas porque no son del sistema inmune, como las musculares. Lo que buscamos con las vacunas es justamente mejorar la respuesta inmune”, precisó el especialista.

“Sin embargo, producir tres antígenos independientes es muy caro porque tiene el costo de tres vacunas, entonces pensamos en ponerlos dentro de una sola molécula a través de ingeniería genética. Para unir las porciones de los compuestos usamos una conexión que pertenece a otra molécula importante del parásito y formamos una quimera, que se llama así porque es como esos monstruos mitológicos que se formaban con partes de distintos animales”, remarcó.

Y agregó: “Tenemos mucha esperanza en este desarrollo, porque hemos trabajado muchas alternativas y esta es la mejor que obtuvimos. Sería interesante pasar a etapas de desarrollo que son muchas y muy largas, y para las que se requiere financiación”.

Según señalaron, el hallazgo podría convertirse en una vacuna contra el Chagas, pero aún está en su etapa experimental.