Todas las semanas se emite por el canal de Youtube de Conclusión un ciclo que buscará acercar la realidad, para poder interpelarla profundamente. Es por ello que Catalejo, a lo largo de treinta minutos, abordará diversos temas ligados a la actualidad, cultura, salud, política, opinión e investigación, tratando de amplificar en todos los casos, un imprescindible debate.

En este capítulo, Indalecio Cañas Medina, estudiante colombiano de maestría en la UNR – FCEIA y residente en la ciudad de Rosario, brindó detalles sobre una elección a la que no dudó en considerada “milagrosa”. En el país cafetero una gran porción de ciudadanos colombianos empujados por el hartazgo, han apostado todo en el proyecto que se hace llamar “Pacto Histórico”.

 

“Lo sucedido ha sido un verdadero milagro a cuesta de ríos de sangre, pero no deja de ser un milagro por lo fallida de la democracia en Colombia y que se haya respetado el voto de la gente ante la posibilidad del fraude que está institucionalizado. Se habla mucho de Cuba y de Venezuela, pero no se mira jamás al país vecino que en realidad es el que tiene la dictadura narcocriminal más perversa de Latinoamérica. Nos ha costado a los ciudadanos colombianos que nos encontramos por el mundo, poder mostrarla, y gracias a medios como este hemos podido romper el cerco de los medios dominantes”, indicó Cañas Medina.

Desde allí emergía la figura de Gustavo Petro y Francia Márquez, quienes venían punteando la intención a voto desde el primer día de cara a las elecciones. El 13 de marzo con el 80 por ciento de los votos, Gustavo Petro, fue el candidato más votado en primera vuelta. Las encuestas lo mostraban como el que tenía más posibilidades de ganar la Presidencia, y el domingo pasado los números no fallaron: el líder del Pacto Histórico obtuvo más del 51 por ciento de los votos en la segunda vuelta frente a Rodolfo Hernández.

Francia Márquez colaboró en el momento de aportar esa fuerza barrial, étnica y popular que la acompaña, sin dudas esta mujer que tocó las fibras más miserables del racismo, se ha convertido en un verdadero fenómeno político. Estas elecciones han marcado un suceso sin precedentes, que ha hecho tambalear a los sectores dominantes de Colombia, a una hegemonía de más de dos siglos, una verdadera quijotada ante monstruosos molinos de viento.

Colombia busca volver a sus raíces enfrentando con fuerza a la oligarquía más violenta del continente, y ese horizonte parece encontrarse cada vez más cerca. “Estamos apenas iniciando un nevo proceso cultural, algo que debió haberse iniciado dos siglos atrás para poder lograr lo básico en el país más desigual de América Latina donde la gente se muere de hambre. Aquellos que seguramente criticarán a Gustavo Petro, deberán entender que esto es muy complejo ya que se intentará reconstruir un país”.