Todas las semanas se emite por Conclusión un ciclo que buscará acercar la realidad, para poder intepelarla profundamente. Es por ello que Catalejo, a lo largo de treinta minutos, abordará diversos temas ligados a la actualidad, cultura, salud, política, opinión e investigación, tratando de amplificar en todos los casos, un imprescindible debate.

En esta propuesta, invitamos a participar de un debate necesario a Fabián Peralta, ex legislador nacional por la provincia de Santa Fe e integrante de la ONG Miradas, por una nueva política de drogas. Con la premisa fundamental de profundizar sobre una problemática que suele ser abordada de manera superficial, y que sigue exigiendo una presencia fuerte del estado.

El caso de la cocaína adulterada en Puerta 8, semanas atrás, reabrió el debate sobre el consumo problemático de sustancias en Argentina. Los interrogantes surgen una y otra vez cuando las adicciones son colocadas en el aparato mediático. Aquí es cuando se empieza a dilucidar que el problema existe y, lamentablemente, no es tomado por el estado como parte de la salud pública.

Según un informe del Sedronar, la principal sustancia de consumo entre los argentinos es el alcohol, con más del 28% de quienes se encuentran en circuitos de atención. El segundo es la marihuana, con el 20%, mientras que en el tercer lugar recién se encuentra el tabaco, junto con la cocaína, con un 15%.

Según datos de la OMS, Argentina es el segundo país en consumo de alcohol entre adolescentes, solo por detrás de Uruguay, en todo el continente y el primero en consumo en edades más tempranas: se inicia entre los 11 y 12 años. “Cuándo sucede un hecho trágico como el de semanas atrás, donde tuvimos que lamentar la muerte de más 20 personas, y varias decenas de personas internadas, nosotros siempre tenemos la ilusión que ese costo humano tan significativo, sirva por lo menos para poder profundizar seriamente el debate. Esto debió interpelar profundamente al estado, ya que se generó en el seno de la clandestinidad”, indicó Peralta.

A la conocida falta de respuestas estatales, se le suma una peligrosa manipulación mediática en torno a los estereotipos peligrosos, una insana costumbre de anclar solo la problemática en quienes ofician de “transas”, para mantenerse lejos de emancipadoras preguntas ¿Quiénes lavan el dinero narco? ¿Qué rol cumplen la justicia y el estado? ¿El prohibicionismo empuja a la profundización de este flagelo? “El principal aporte de nuestra organización (Miradas AC) es pensar, insistir y trabajar en una nueva política de drogas. El de la droga es un tema que tiene muchísimos planos y debemos atenderlos a todos. Cabe destacar que no hacemos apología del consumo ni mucho menos, tiene que ver con abordar el tema con seriedad, hace décadas que Estados Unidos lanzó la lucha contra las drogas, y el ejemplo de eso son dos países como Colombia y México, que han sufrido una pérdida cuantiosa de vidas sin lograr el resultado buscado. La militarización no sirve, solo es un hecho propagandístico, por eso insistir en esto solo conduce a más violencia”, concluyó.