Por Alejandra Ojeda Garnero

El 15 de febrero de cada año se conmemora el Día Internacional de Lucha contra el Cáncer Infantil establecido por una ley sancionada en el Congreso de la Nación en 2012. La norma lleva el número 26.803 y establece que cada 15 de febrero se conmemore en el ámbito nacional, con el objetivo de concientizar a la población sobre aspectos y efectos de esta enfermedad.

La ley estipula que en febrero de cada año, el Ministerio de Salud en coordinación con otros organismos nacionales y autoridades sanitarias de cada jurisdicción, desarrolle diversas actividades públicas de educación y concientización orientadas a la prevención del cáncer infantil.

Los especialistas aseguran que el cáncer pediátrico es curable, siempre que se realice un diagnóstico temprano, un tratamiento adecuado y el cuidado integral del paciente, la posibilidad de sobrevida puede llegar hasta más de un 80 por ciento.

Para comenzar a entender y poder tomar conciencia de esta problemática es necesario conocer los pormenores de la enfermedad, y principalmente, cómo detectarla y prevenirla.

Para ello Conclusión entrevistó al médico Juan José Di Santo (*), Hematólogo Pediatra, integrante del Servicio de Hematología del Hospital de Niños Víctor J. Vilela y Jefe de Transplante de Médula Ósea del mismo efector.

El especialista apunta principalmente que el cáncer detectado a tiempo, existe mayor posibilidad de curación y para obtener los mejores resultados en los pacientes es necesario tomar conciencia sobre la existencia de la enfermedad. La principal causa de muerte en niños que padecen la enfermedad es la detección tardía de la misma. Por lo tanto Di Santo destaca la importancia de los controles periódicos con los médicos pediatras y la pronta derivación a profesionales especializados cuando se detecta algún signo o síntoma que presuma la existencia de la enfermedad. La cifra de pacientes curados es alentadora y asciende a un 80 por ciento.

Es importante destacar que Rosario cuenta con toda la tecnología, tanto en infraestructura como en todo lo relacionado con los medicamentos oncológicos para tratar la enfermedad en los mismos niveles que cualquier otro país del mundo.

En Argentina existen tres Unidades Públicas de Trasplante de Médula Ósea Pediátrica, una de ellas se encuentra en el Hospital de Niños Víctor J. Vilela y cubre las necesidades de todos los pacientes de la provincia de Santa Fe y además trabaja coordinadamente con las otras dos unidades del país, que a su vez son coordinadas por el Incucai, por lo tanto también recibe niños de otras provincias.

¿Qué es el cáncer infantil?

Con el nombre de cáncer Infantil se denomina a un grupo de enfermedades que afecta a niños de cero a quince años, y todas tienen en común un mal funcionamiento celular. La célula comienza a reproducirse de una manera rápida, desordenada, autónoma, sin control y muchas veces adquiere propiedades o funciones que no le son propias y tiene la característica de poder invadir tejidos localmente como a distancia, lo que se denomina metástasis. Por eso es que son varias las enfermedades que entrarían dentro de la palabra cáncer.

Este crecimiento celular desordenado es muy rápido, entonces se generan células cuando no se las necesita y se mueren otras cuando no deberían morir. Lo habitual es que de este crecimiento tan rápido y esta generación tan rápida de células se formen tumores, algunas veces son tumores sólidos, pero otras veces estas células están diseminadas en la sangre como ocurre en las leucemias.

En pediatría la tasa de incidencia de la enfermedad es baja. Según el Registro Oncopediátrico Hospitalario Argentino (ROHA), se diagnostican alrededor de 1.300 casos nuevos de cáncer, por año en niños de cero a quince años de edad. Dentro de éstos 1.300, cien casos corresponden a  la provincia de Santa Fe.

De este total de 1.300 casos, la primera causa corresponde a las leucemias, que representan aproximadamente el 40 por ciento de los casos diagnosticados. En segundo lugar aparecen los tumores del Sistema Nervioso Central  que representan un 25 por ciento del total y en tercer lugar, que abarca un 18 por ciento de los casos se encuentran los Linfomas. Luego en orden decreciente y en menor porcentaje se encuentran los tumores de partes blandas y los neuroblastomas. Esta estadística incluye niños de cero a quince años.

En relación al interrogante que surge a partir del conocimiento o descubrimiento, en algunos casos, sobre la existencia de la enfermedad ¿el cáncer infantil se cura?

El especialista es categórico: “El cáncer en pediatría se cura, el porcentaje estimado de curación es de un 80 por ciento”, pero a la vez destaca que para que esto ocurra “se necesita de un diagnóstico precoz, una derivación oportuna, el manejo interdisciplinario e integral del paciente y la administración de un tratamiento adecuado”.

En este punto el profesional remarca que “de acuerdo al ROHA en Argentina estamos un poco por debajo de la cifra internacional. Estamos en un 60 por ciento, entonces hay que fortalecer algunas cuestiones” y puntualiza que es necesario “concientizar a la gente que el cáncer pediátrico es una realidad, alertar sobre la presencia de algunos signos y síntomas que pueden hacer sospechar la presencia de algunos de estos cánceres y no asustarse y consultar rápidamente”.

Esta marca no se debe a que no existen los medios. Argentina cuenta con todos los equipos necesarios, los profesionales están muy bien entrenados y capacitados, los centros de salud cuentan con todo el equipamiento diagnóstico y terapéutico, es decir, cuentan con todas las drogas que existen a nivel internacional. Y se avanzó mucho en lo que refiere al cuidado y manejo integral del paciente, con lo cual hay que reforzar un punto crucial, que es la detección precoz del cáncer.

En primer lugar Di Santo señala que “la familia debe estar alerta ante la aparición de algunos síntomas y en segundo lugar que el pediatra también lo considere, porque a pesar de que es una rareza el cáncer, debe considerarlo y derivarlo oportunamente y rápido a un centro especializado. Donde los profesionales saben qué estudios realizar para detectar la enfermedad sin perder tiempo”.

En consecuencia, “hay que trabajar para fortalecer el conocimiento de signos y síntomas que deben generar las sospechas en el núcleo familiar para actuar rápidamente y consultar al pediatra”.

Para sospechar de la posible presencia de la enfermedad se pueden advertir los siguientes signos y síntomas:

  • Aumento del tamaño y consistencia de los ganglios
  • Presencia de fiebre prolongada
  • Anemia (palidez en la piel) y Púrpura (manchas en la piel como hematomas y petequias)
  • Sangrado
  • Dolor óseo localizado o generalizado
  • Dolor de cabeza y vómitos persistentes
  • Masa palpable en abdomen o tórax
  • Protrusión ocular (ojo saltón)
  • Alteraciones en los ojos (estrabismo o leucocoria (mancha blanca en la pupila))

Otras manifestaciones menos frecuentes son: dolor de dientes, secreción persistente o sangrado por oído, orina con sangre, sangrado vaginal o hipertensión arterial.

Es importante estar alerta ante la presencia de estos signos y síntomas para realizar una consulta con el pediatra y realizar los análisis y estudios correspondientes para descartar la presencia de la enfermedad, o bien si  ya existe, poder suministrar un tratamiento adecuado en forma temprana y así frenar la reproducción de células malignas.

Otro punto a tener en cuenta es que cuando aparecen los signos y síntomas es porque la enfermedad ya inició su proceso y esto no vuelve atrás, por eso la importancia de la detección precoz que habilita la posibilidad de realizar tratamientos menos invasivos y la posibilidad de sobrevida aumenta considerablemente.

La detección precoz permite suministrar un tratamiento menos agresivo si se detecta la enfermedad en sus primeros estadíos, al pasar a un estadio más avanzado los tratamientos se tornan más agresivos e invasivos. El tratamiento al ser menos agresivo tiene menos secuelas, tanto biológicas como psicológicas.

“El cáncer infantil se detecta una vez que se inició la enfermedad, no existen formas hasta el momento de saber de antemano si va a aparecer en algún momento de la vida”.

De todos modos existen algunos puntos a tener en cuenta para prevenir la enfermedad y tienen que ver con las pautas generales de una vida sana.

Algunos puntos a tener en cuenta para prevenir el cáncer infantil son:

  • Llevar una vida sana
  • Cumplir con los controles periódicos con el pediatra
  • Gozar de ambientes libres de humo
  • Proteger la piel de la exposición solar
  • Llevar una dieta sana
  • Realizar actividad física

Todos los tumores sólidos se generan en un tejido determinado, puede ser en músculos, huesos, células del sistema nervioso. Volviendo a la definición, esas células se reproducen rápidamente, es decir el ciclo celular está muy aumentado y no mueren las células que tienen que morir, entonces el crecimiento es muy rápido y tienen la capacidad de ir invadiendo los tejidos localmente y de diseminarse a distancia por vía linfática o sanguínea. En esta situación es fundamental el diagnóstico en un estadio temprano donde el tumor es localizado. Esta situación se resuelve con una cirugía para extirpar el tumor y suministrando quimioterapia.

El doctor ejemplifica con casos puntuales: “Los tumores tienen diferente estadificación y si un paciente llega a la consulta con un tumor en estadío 4, donde hay metástasis a distancia, con compromiso de varios órganos, compromiso de la médula ósea. En ese caso se perdió mucho tiempo”. No se puede determinar cuánto tiempo pasó, pero sí se puede inferir qué  lleva un buen tiempo de evolución y en qué estadío se encuentra la enfermedad. Esta situación deriva en la administración de un tratamiento más agresivo, menor posibilidad de curación y mayores efectos indeseables que aumentan la morbimortalidad del paciente, es decir que aumentan todas las consecuencias indeseables del tratamiento.

En pediatría se observan muchas leucemias agudas, que son las que mayor porcentaje ocupan dentro de la estadística del país.

Los tratamientos que se administran para tratar el cáncer infantil dependen del tipo de tumor e incluyen quimioterapia, radioterapia y en los tumores sólidos también cirugías. Muchas de estas enfermedades también requieren de un trasplante de médula ósea.

El trasplante de médula ósea no es la primera indicación terapéutica, sino que se reserva para aquellas enfermedades de alto riesgo al diagnóstico o que evolucionan mal con la quimioterapia de inicio.

Por ejemplo, las leucemias que son las enfermedades más frecuentes, tienen indicación desde el inicio de realizar trasplante cuando, debido a la presencia de marcadores genéticos o moleculares, son consideradas de lato riesgo. Luego se trasplantan aquellas que no responden adecuadamente a l tratamiento quimioterápico.

En muchos casos se atribuyen los signos y síntomas a cuestiones normales del crecimiento del niño y no se deriva oportunamente a los especialistas. Por esto es necesario que el pediatra considere, en los casos que los signos y síntomas se manifiesten en un lapso de tiempo considerable (no superar los 15 días para su derivación) y se  realicen los estudios complementarios pertinentes.

“Cuando está el síntoma, el cáncer está”

Es importante destacar que la cobertura del tratamiento para el cáncer infantil tanto en la salud pública como en las obras sociales particulares está contemplada y debe cubrir la totalidad del tratamiento. En lo que refiere a salud pública la cobertura es del ciento por ciento, desde la primera consulta hasta el último día de tratamiento. Contempla asistencia médica, internación, cirugías, estudios diagnósticos, tratamientos, drogas. Específicamente el hospital Victor J. Vilela cuenta con una Unidad de Trasplante, por lo tanto resuelve toda la patología oncohematológica.

Un dato alentador es que la mayoría de los pacientes que han padecido cáncer infantil se curan definitivamente y logran llevar una vida normal.

Los medios para curar el Cáncer infantil existen, sólo es necesario tomar conciencia sobre la existencia de la enfermedad, actuar para detectarlo precozmente y derivar oportunamente a los centros especializados.

*Hematólogo Pediatra – Mat. 12970