Por Gisela Gentile

Al 18 de mayo del corriente año, se han registrado en el mundo alrededor de 164,2 millones de casos de coronavirus (SARS-CoV-2). Números que siguen al alza si tenemos en cuenta que el correr de los días se acrecienta esta alarmante cifra.

Una pandemia mundial que ha dejado en claro y a flor de piel que los países menos desarrollados, han sido doblemente castigados. Mostrando una vez más que esta situación límite no ha cambiado el rumbo de las sociedades y sus gobernantes, sino que ha ocurrido todo lo contrario, los ricos fueron aún más ricos y los pobres fueron aún más pobres.

En este sentido un reciente estudio realizado por el periódico New York Times, ha recolectado voces de profesionales de la salud de América en torno a la creciente tasa de mortalidad de niños y niñas en Brasil. Números escalofriantes que muestran una vez más que el acceso a la salud es un privilegio en muchos países y que el colapso sanitario, por la suba de casos, conlleva indefectiblemente a un resultado fatal.

Si bien en nuestra región se han implementado recientemente restricciones en torno a la circulación, aún existe un amplio sector de la población que insiste en apartar a los niños de la posibilidad de contraer Covid-19 e insisten, por ejemplo, con la presencialidad en las escuelas. Si bien la enfermedad suele ser benévola en la población infantil, la suba de casos, el poco acceso a la salud y el colapso sanitario han provocado el aumento de mortalidad en niños del país vecino, Brasil.

Expertos en Brasil, Europa y Estados Unidos coinciden en que el número de muertes infantiles por Covid-19 en Brasil parece ser particularmente alto. “Esos números son sorprendentes. Son mucho más altos que los que estamos viendo en Estados Unidos. Bajo cualquier parámetro que estemos utilizando aquí en Estados Unidos, esos números son mucho más altos”, dijo Sean O’Leary, vicepresidente del comité de enfermedades infecciosas de la Academia Estadounidense de Pediatría y especialista en enfermedades infecciosas pediátricas del Campus de Medicina de la Universidad de Colorado.

A los niños no les están aplicando pruebas de diagnóstico. Los envían a casa, y es solo cuando estos niños regresan en condiciones realmente graves que sospechan de Covid-19

La reconocida epidemióloga de la Universidad de Sao Paulo Fatima Marinho sostuvo que “a los niños no les están aplicando pruebas de diagnóstico. Los envían a casa, y es solo cuando estos niños regresan en condiciones realmente graves que sospechan de Covid-19”.

En el mismo sentido Lara Shekerdemian, directora de cuidados intensivos en el Hospital Infantil de Texas, dijo que la tasa de mortalidad en niños que contraen Covid-19 sigue siendo muy baja, pero que los niños que viven en países donde la atención médica es desigual, corrían un riesgo mayor. “Un niño que quizás necesite solo un poco de oxígeno hoy, podría terminar en un respirador la semana siguiente si no tiene acceso al oxígeno y al esteroide que le damos al principio del proceso de la enfermedad. Entonces, lo que podría ser una simple hospitalización de un niño que necesita una atención médica, se ve complejizada por la demora en el acceso a ella”.

Un estudio publicado en enero en el Pediatric Infectious Disease Journal, reveló que los niños en Brasil y otros cuatro países de América Latina (México, Colombia, Perú y Costa Rica) desarrollaron formas más graves de Covid-19 y más casos del síndrome inflamatorio multisistémico, una respuesta inmune extrema y poco común al virus, en comparación con datos de China, Europa y América del Norte.

Es preciso aclarar que antes de la pandemia, millones de brasileños pobres tenían un acceso limitado a la salud. Situación compleja que se agrava aún más si tenemos en cuenta la cantidad de pacientes que concurren de manera simultánea a los Centros de Salud y Hospitales de la región. El colapso sanitario trae indefectiblemente un acceso desigual a la atención médica.

“Hay una barrera de acceso para muchos, algunos niños tienen que viajar tres o cuatro horas en barco para llegar a un hospital”, dijo Ana Luisa Pacheco, especialista en enfermedades infecciosas pediátricas de la Fundación de Medicina Tropical Heitor Vieira Dourado en Manaos.

Los niños sanos también parecen estar en mayor riesgo al contraer el virus en Brasil

Los casos en niños se dispararon en medio de la explosión más amplia de infecciones en Brasil, que los expertos atribuyen a la respuesta displicente y poco responsable del presidente Jair Bolsonaro, que más de una vez subestimó la pandemia y alentó a desobedecer indicaciones sanitarias de gobernadores de su país. Sumado a que la economía cayó en picada, situación que dejó a miles y miles de familias brasileñas en un estado de vulnerabilidad extrema.

“Algunos de los niños que han fallecido por el virus ya tenían problemas de salud que los hicieron más vulnerables. Sin embargo, estos casos apenas representan poco más de una cuarta parte de las muertes entre niños menores de 10 años. Esto sugiere que los niños sanos también parecen estar en mayor riesgo al contraer el virus en Brasil”, concluyó la epidemióloga Fatima Marinho.