De acuerdo con los datos obtenidos a partir de una encuesta de opinión desarrollada por la consultora Ceoplatam, especializada en estudios sociales e investigación de mercado, casi nueve de cada diez argentinos (86,3 por ciento) dicen que no confían en la justicia argentina.

El trabajo se hizo especialmente a pedido del diario Página 12, medio que señala que la opinión es contundente y la crítica es tan generalizada que recorre todas las clases sociales y todas las opiniones políticas.

La encuesta deja entrever que las opiniones de los encuestados surgen de la experiencia personal de buena parte de ellos acerca de causas judiciales y litigios, que no se resuelven durante años.

Hay una marcada y dura crítica a fallos y resoluciones que buscan favorecer a los poderosos y tienen en la cárcel, en un 90 por ciento, a personas de bajos recursos. A esto se agrega la crítica por la falta de independencia del Poder Judicial, tanto respecto del poder político como del poder económico.

Clima realmente preocupante

“El dato es elocuente –señala el sociólogo Roberto Bacman, de CEOP-, y agrega que existe una bajísima credibilidad en la justicia de nuestro país. El 86,3 por ciento de los argentinos manifiesta que en realidad cree poco y nada en la justicia. El clima de época que involucra por estos tiempos a la justicia es realmente preocupante. Una sociedad que esperaba un cambio en nuestro país, un cambio que pusiese en foco la economía, que disparase nuevas motivaciones y que en definitiva lograra una nueva manera de hacer política. Pero siempre garantizando la independencia de los poderes y los valores republicanos. Si se tienen en cuenta los resultados obtenidos en este último trabajo de campo, se pone en evidencia que la Argentina está posicionada muy lejos de esa realidad fantaseada en el imaginario colectivo. Un nuevo Contrato Social no solo se declama: hay que llevarlo a la práctica, instalarlo y demostrarle a la gente que es parte indisoluble de la realidad cotidiana”.

“Así como están las cosas –completó el titular del CEOP–, con una justicia con valores de credibilidad bajísimos, parece que nada ha cambiado: es más de lo mismo, con la diferencia que la percepción mayoritaria apunta a un Estado influenciado por el poder económico y político. Nada ha cambiado por estas latitudes, por el contrario, se ha complicado”.

Justicia elitista

Por su parte, Página 12 señala que además de la experiencia cotidiana del ciudadano, maltratado por una justicia que tarda años, es elitista y que favorece a los de más dinero, también está la experiencia política. Los que creen que debería condenarse a más velocidad a los responsables de casos de corrupción y los que piensan que se está utilizando el aparato judicial –en tándem con el mediático– para perseguir a los adversarios políticos, en especial a Cristina Fernández de Kirchner.