La Universidad Nacional de San Martín (Unsam) creó la primera carrera de grado en Ingeniería Espacial de América Latina, con el objetivo de «aportar al desarrollo de una industria innovadora que permita producir bienes con valor agregado y formar una nueva generación de profesionales calificados», según informó esa casa de altos estudios.
La Unsam, por iniciativa del Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios de la Nación, pondrá en marcha un plan de estudios «que permita continuar desarrollando políticas en base a las necesidades y objetivos del país», detalló un comunicado.
La carrera tendrá una duración de cinco años y medio y contará con una fuerte orientación en ingeniería de sistemas complejos, lo que también posibilitará a sus egresados aplicar sus conocimientos en diferentes disciplinas de la industria nacional.
Por otro lado, contará con dos orientaciones: una hacia la producción y operación de satélites, y la otra hacia el diseño de lanzadores y vehículos espaciales.
Los alumnos cursarán en el campus universitario de la Unsam, en el que se instalarán laboratorios especialmente equipados para que se pueda trabajar en grupos y a su vez cada uno pueda cumplir un rol específico para la formación de un desarrollo complejo, como el armado de pequeños satélites y otros equipos sofisticados.
Desde la universidad resaltaron que la creación de «esta nueva carrera es una actividad sumamente estratégica para el sector y para el país» porque a su vez permitirá producir en el futuro grandes equipos para la «industria astronáutica» como satélites, lanzadores y vehículos aeroespaciales.
Además, tiene como objetivo articular con Pymes interesadas en este tipo de productos y ya se empezó a trabajar en convenios de cooperación con las empresas estatales Arsat e Invap, y organismos espaciales de Estados Unidos, Europa y Canadá.
«El espacio académico que se está desplegando será uno de los más adecuados para lograr avances en muchos campos de la innovación tecnológica. Estamos en la época de la economía del conocimiento, en la víspera de la cuarta revolución industrial y los países que apuesten a estas tecnologías serán los que dominen la economía del futuro», sostuvo el director.
Agregó que el desafío «es sostenerlo en el tiempo y ver cómo hacer para que los gobiernos que vengan sigan apostando a esto más allá de su ideología política».