Las hojas de la Alocasia tienen una forma única de flecha y es apreciada por su color verde oscuro brillante y su textura suave y aterciopelada.

Matias Mililli, del vivero Paseo de Kaldi (Santiago 1469) detalló en diálogo con Conclusión que tanto las alocasias negras como las plateadas son plantas típicas de interior y tropicales. “Vienen de Asia y es una planta que le gusta mucho la humedad del ambiente, por lo que es importante la pulverización y también la luminosidad”. A ello sumó que lo recomendable “es que esté cerca de una ventana o un lugar luminoso, sin sol directo porque eso hace que se seque y se le quemen las hojas”.

La alocasia puede llegar a medir hasta cinco metros de altura y puede cultivarse en el interior del hogar o en el exterior, eso sí, siempre que los climas sean cálidos.

Lo más conveniente es que la plantación se sitúe a la sombra o semisombra (bajo árboles), que los rayos del sol no le den directamente, ya que podría decolorarse o «quemarse».

Necesita que el ambiente sea bastante húmedo. En el caso de que se exponga a temperaturas elevadas, puede pulverizarse el follaje. En un ambiente húmedo, evitaremos la aparición de un ácaro conocido con el nombre de araña roja.

Sobre ello, Mililli también añadió que las alocasias “son una planta que no le gusta mucho el frio, por lo que es recomendable ubicarla en el interior, manteniéndole la temperatura y la humedad”.

Sobre el final también detalló que en invierno la planta “tiende a invernar y resguardarse. A eso mucha gente entiende que la planta se secó y cuando vuelven las temperaturas ideales para ella, vuelve a crecer”.