“Este matrimonio tocó fondo, no pidió ayuda, y no pudieron contener a los mellizos. Tocaron fondo y los devolvieron a la comisaría. Una locura. Habiendo un montón de instancias previas”. Esas fueron las palabras de Néstor Spiga, voluntario y colaborador desde el año 2012 del orfanato Casa Emanuel, ubicado en Guinea-Bisáu, donde los mellizos africanos de seis años fueron adoptados en agosto del 2019 por Eduardo Rucci y Natacha Perrig para trasladarlos a la Argentina y formar una familia. Pero poco más de un año después, los “devolvieron” a la Comisaría de la Mujer y de la Familia de Bahía Blanca alegando razones personales que dificultaban el vínculo con los chicos y la vida familiar.

La familia desembarcó en enero de este año a San Martín de los Andes. Buscaban una nueva vida al pie de la cordillera para los cinco. Eduardo y Natacha, su hija biológica de once años y los mellizos que unos meses antes habían adoptado en África se mudaron de Bahía Blanca al barrio Villa Vega de esta comarca patagónica.

No obstante lo que era hasta el momento una historia de amor, solidaridad y felicidad, tornó al poco tiempo en una historia de tristeza y desapego. El pasado 17 de noviembre, los mellizos fueron abandonados en una comisaría bahiense, oscureciendo por completo el panorama.

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Este matrimonio tocó fondo, no pidió ayuda, y no los pudieron contener. Los chicos son hiperactivos, son dinamita pura. Son hermosos, son cariñosos pero también hay que bancarse el movimiento, encima son dos. Uno de ellos, para este matrimonio, era insostenible y tocaron fondo y lo devolvieron a la comisaría. Una locura. Habiendo un montón de instancias previas”, lamentó en diálogo con Conclusión, Spiga.

Si bien Spiga señaló que no fue un hecho de abandono “porque no es que los dejaron tirados en un basural o en San Martín de los Andes sino que volvieron a su ciudad natal porque era donde tenían la residencia”, consideró que “fue una locura, y nada los justifica”.

“Fue un momento de desesperación, de crisis y pensaron que la mejor solución era devolver a las criaturas y fue un desastre”, expresó y agregó: “Estamos en contacto con el matrimonio, que está con tratamiento psiquiátrico, psicológico. Mal. La pandemia les pegó mal. Están quebrados económicamente. Están mal”.

“Lo importante es que la gente sepa que en estas crisis, tiene que buscar ayuda. Hay caminos previos y alternativos antes de tomar malas determinaciones”

“No podemos juzgar a una chica porque está tomando la decisión de abortar, tenemos que ayudarla a que no lo haga; o a una persona que se quiere suicidar, tenemos que procurar llegar antes de que eso pase. Hay consejeros matrimoniales, familiares, psicólogos, psiquiatras, iglesias, parroquias, fundaciones, hay un montón de caminos previos. Tenemos que unirnos como sociedad y llegar antes de que la gente toque fondo”, manifestó Spiga convencido.

Néstor y su esposa colaboran con la Fundación “Dios es amor” que trabaja con chicos de la calle, chicos con drogadependencia, chicos con discapacidad, prevención de abuso infantil. Eso los llevó a viajar en 2012 a Guinea-Bisáu para colaborar con un argentino que trabaja allá con la educación. Y ahí fue cuando conocieron el orfanato Casa Emanuel y empezaron a brindar su colaboración.

“Conocimos el orfanato y nos enamoramos. Mi esposa se enamoró de una criatura, fuimos los padrinos por cuatro años y hoy, hace tres años que ya lo tenemos con nosotros, y es nuestro hijo. A raíz de eso estamos colaborando con el orfanato, con todo lo que es adopciones”, explicó Spiga a este medio.

Y reconociendo 25 años de historia del orfanato, destacó: “Éste fue un caso, pero hay 181 niños adoptados en 25 años de historia del orfanato. Esto no tiene que empañar las adopaciones”.

Según contó Spiga, “los mellizos están bien, pero no toman dimensión de lo que está pasando. Están esperando que el papá los vuelva a buscar”. Afortunadamente “hay gran cantidad de personas que los quieren adoptar pero están en lista de espera. Eso lo maneja el Juzgado”.

“Una vez que entran al circuito judicial no tienen más contacto con los padres. Nosotros tampoco tenemos contacto con ellos, sino con las autoridades, con los representantes de Casa Emanuel”, aclaró.

Por ahora se están haciendo las tratativas para ubicar a los niños en una familia solidaria de Bahía Blanca, que tiene ya una nena adoptada de 11 o 12 años. “Llamamos al matrimonio y aceptó tenerlos por un tiempo hasta que la situación se normalice y se vea que se hace con las criaturas”, indicó Spiga.

Medida de abrigo

Mientras avanza la investigación judicial, a cargo del fiscal Marcelo Romero Jardín, se dispuso para los menores una «medida de abrigo», es decir, fueron trasladados a un hogar municipal, donde ahora se encuentran.

Sin embargo, fueron tajantes con respecto al accionar del padre adoptivo. En la denuncia, desde el equipo de la Comisaría indicaron: «Tras el abandono de los mismos, regresó a su localidad de residencia en San Martín de los Andes, lo que muestra y deja a la vista la vulneración de derechos a la cual quedan expuestos estos hermanos, quienes ya fueron alejados de su país natal, con todo lo que eso implica, en relación a cambios culturales y costumbres cotidianas». Las fuentes sintetizaron: «Los dejó y se fue».

Orfanato Casa Emanuel

Isabel Johanning Mora, encargada costarricense del orfanato de Guinea-Bisáu, manifestó su consternación y sorpresa con la noticia que llegó desde Argentina. «Nosotros tenemos muchísimas adopciones. Hemos hecho muchas a Argentina. Tenemos representantes también en Córdoba, una abogada que nos representa allá», indicó.

Según la misionera de Costa Rica, el proceso comenzó en territorio nacional cuando los padres «enviaron una carta de petición de adopción e inmediatamente, como cumplían los requisitos, fueron derivados con la representante legal».

Los psicólogos con los que trabaja Casa Emanuel evaluaron si el matrimonio era idóneo para adoptar y «todo dio aparentemente muy bien».

«Cuando ya los papás preparan los documentos, los unimos aquí con lo de los niños y vemos si el perfil puede encajar y entonces se hacen las adopciones en el tribunal. Cuando ya está el trámite, los padres vienen acá a Guinea Bissau a recoger a sus chiquitos. Y tienen un papel que les da Argentina para entrar de manera humanitaria», describió Isabel con relación al procedimiento habitual para estos trámites.

Mora indicó que el matrimonio bahiense tendría que haber presentado en nuestro país la documentación «para comenzar el exequartur, la homologación de la adopción».

«Pero ellos no lo hicieron. Parece que hay una jueza que ella sabe porque tiene los documentos de adopción en la computadora y los va a presentar», reveló.

Y agregó: «Los documentos son legales y todo es cierto. Lo que pasa es que no sabemos que le pasó a esta pareja. ¿Por qué se trastornaron tanto por perder el trabajo?. Ella estaba en depresión, se le dieron consejos de que fuera a una persona especializada en psiquiatra, para que pudiera verla a ella y a los chicos y ellos no siguieron las instrucciones».

Visiblemente sorprendida, Isabel remarcó que es «la primera vez que acontece algo como esto, de que dejen abandonados a unos chiquitos así de esta manera».

«En total, en 25 años que yo tengo aquí son 181 niños que son adoptados en Estados Unidos, Italia, Francia, Costa Rica, Brasil y Portugal», informó.