Por Carlos Duclos
Conmovidos por el atentado terrorista que se cometió en un mercado navideño de Berlín, el gobierno francés decidió reforzar la seguridad en todas las ferias navideñas y “Villas de Noël” que hay en París y otras ciudades importantes de Francia. Al gran mercadillo navideño que está al pié de la Torre Eiffel, en los Champs de Mars, una zona calificada como estratégica, nadie puede pasar hoy sin ser requisado por agentes de seguridad. La Viilla de Nöel que se encuentra a metros del Arco de Triunfo, era custodiada por Fuerzas de Seguridad y policías, lo mismo que la siempre hermosa y extensa avenida de Champs Elysees que está vestida de luces y colores.
A pesar de la conmoción por el atentando en Alemania, una multitud de gente visita las ferias que deslumbran por sus luces y colores, así como las calles parisinas. En los mercadillos se puede comprar un buen regalo navideño o degustar, entre otrosd alimentos y bebidas invernales, un vino caliente (que se acostumbra beber en invierno en París y otros lugares de Europa) para hacer más llevaderos los escasos grados de temperatura que hacen hoy en Paris (cuatro grados a la tarde, esperándose que bajara la temperatura aún más por la noche).
Mientras tanto, y como se ilustra en una de las imágenes que acompañan a esta crónica, los medios franceses siguen dando prioridad a la noticia del atentado en Berlín. Es que en realidad sea Berlín, Roma, Madrid o Niza da lo mismo para los europeos, pues toda Europa vive latente el bajo fuego terrorista. Una pena.
Por otra parte, y como ya se ha informado, el o los autores del atentado contra la feria navideña ubicada al oeste de Berlín siguen prófugos. El único sospechoso, un paquistaní de 23 años que había pedido asilo, debió ser liberado. Esto habla a las claras de la deficiencia que tienen las autoridades de los países de Europa no sólo en las tareas investigativas, sino en la prevención. La verdad es que lugares de mucha afluencia de público, como las estaciones de metro, no están suficientemente vigiladas. El pedido de las autoridades de las estaciones (sólo a veces) por los altavoces de que la gente denuncie la presencia de “paquetes sospechosos” o el seguimiento por video cámaras, es insuficiente.
Sin embargo, y pese a todo esto, Europa, como siempre, y París en este caso, vive las vísperas de Navidad con fervor, luces, formas y colores que son irresistibles para las cámaras de los turistas y hasta de los mismos franceses.
