Un día como hoy pero de 1947, Eva Perón debutaba como oradora en el balcón de la Casa Rosada, alzándose ante una multitud convocada por la CGT para la celebración de la sanción de la ley 13.010, la ley del voto femenino, norma que terminaría de universalizar del todo el sufragio argentino y la posibilidad a las mujeres de participar de una lista electoral.

Esta ley se constituyó como un hito en la historia nacional de la lucha de las mujeres, que fueron ampliando sus derechos políticos a fuerza de movimiento y organización, ampliación vista en la sanción de la Ley de Cupo Femenino en 1991, que establece que el 30% de la configuración de las cámaras legislativas nacionales debe ser integrada por mujeres.

Pero, a pesar de estas conquistas, las inequidades de género siguen estando a la orden del día: el punto máximo de representación femenino se dio en el año 2009, ocupando el 40% de los cargos legislativos, mientras que hoy hay 99 mujeres de los 257 de diputados, lo cual representa un 38,5 por ciento de la cámara. Esta diferencia en la representación de las mujeres en los lugares de decisión se extiende a todos los poderes del Estado, siendo que sólo 5 de las 24 provincias argentinas son gobernadas por mujeres. En el gabinete nacional de ministros , hay sólo 2 mujeres de los 23 cargos que lo conforman.

Esto tiene su correlato en el poder judicial, ya que en el ámbito de la justicia es donde las mujeres están más gravemente subrepresentadas en los lugares de máxima responsabilidad. Si bien el 54,4% del total del personal del Poder Judicial son mujeres, al ascender en los puestos de mayor jerarquía el número desciende al 15% de estos cargos y en la actualidad sólo una mujer tiene lugar en la Corte Suprema de Justicia.

En la legislatura de Santa Fe, sólo hay una senadora y las diputadas alcanzan a ser sólo el 34 por ciento, con disímil porcentual en la representación en concejos municipales y comunas. Según el Equipo Latinoamericano de Justicia y Género, debido a la dificultad de conciliar la vida familiar con el trabajo, en las legislaturas hay proporcionalmente más mujeres solteras, viudas o divorciadas que varones en la misma situación. A su vez, las legisladoras tienen menos hijos que sus contrapartes masculinas. En tanto, si bien las mujeres en las legislaturas cuentan con mayor experiencia laboral y educación académica más avanzada, no logran alcanzar los cargos de liderazgo y conducción dentro de sus respectivas cámaras, advierte el mismo estudio.

La Ley de Voto Femenino hoy cumple 72 años desde su sanción, pero ante este panorama, aún queda mucho por hacer para la reivindicación de los derechos políticos de las mujeres.