Pasaron 18 años de los ataques terroristas más mortíferos en la historia de Estados Unidos. El 11 de septiembre de 2001, 19 miembros de la organización yihadista Al Qaeda secuestraron cuatro aviones comerciales. Estrellaron dos de ellos contra las Torres Gemelas, en Nueva York, otro contra el Pentágono, en Washington, y el cuarto contra un descampado en Pensilvania. Murieron 2.976 personas.

Osama bin Laden, líder de Al Qaeda y mentor de los atentados, fue abatido por un comando Navy SEAL el 2 de mayo de 2011, y los principales responsables del diseño y la planificación fueron capturados en 2003. Sin embargo, ninguno fue enjuiciado.

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Se trata de Khalid Shaikh Mohammed, cerebro de la operación, y sus cuatro cómplices: Ramzi bin al-Shibh, Mustafa al Hawsawi, Walid bin Attash y Ammar al-Baluchi. El juicio contra los cinco, que podría terminar con una condena a muerte, comenzará el 11 de enero de 2021.

Los cinco fueron acusados formalmente en 2012 de conspiración, ataque a civiles, asesinato, secuestro de aviones y terrorismo. Pero el trámite se fue demorando por las complejidades que tiene un sistema judicial que combina elementos militares y civiles, y que fue creado después del 11-S. Los abogados de los acusados impugnan el procedimiento porque cuestionan la legalidad de las confesiones obtenidas en interrogatorios realizados por la CIA en prisiones secretas.

El juicio se llevará a cabo en una sala especial. Quienes estén en Guantánamo podrán seguirlo a través de una transmisión en vivo, con un delay de 40 segundos, para evitar la difusión de información clasificada. Los familiares de las víctimas también podrán verlo desde bases militares en Nueva York, Massachusetts y Maryland.