A 124 años de su natalicio, las ideas políticas del general Perón -que dieron vida al peronismo- continúan vigentes, como así también la contemporaneidad de la justicia social, la independencia económica y la soberanía política: la doctrina peronista.

Perón comenzó a formarse como militar en 1911 y se desempeñó en este oficio hasta 1943, año en que su carrera dio un giro político cuando el 4 de junio participó del golpe de Estado conocido como «Revolución del 43», el cual puso fin a la Década Infame, un período que se caracterizó por el fraude electoral y políticas conservadoras.

Durante este nuevo gobierno, Perón fue el titular del Departamento de Trabajo, la Secretaría de Trabajo y Previsión, el Ministerio de Guerra y, finalmente, la Vicepresidencia de la Nación.

Desde sus primeros cargos tomó medidas para favorecer a los sectores obreros y hacer efectivas las leyes laborales, una característica que marcaría su presidencia en medidas como los convenios colectivos, el Estatuto del Peón de Campo, los tribunales del trabajo y la extensión de las jubilaciones a los empleados de comercio.

Estas medidas le ganaron el apoyo de gran parte del movimiento obrero y el repudio de los sectores empresariales, de altos ingresos y del embajador de Estados Unidos Spruille Braden, por lo que se generó a partir de 1945 un amplio movimiento en su contra.

En octubre de ese año, un golpe militar lo forzó a renunciar y luego dispuso su arresto, con lo que se desencadenó, el 17 de octubre de 1945, una gran movilización obrera que reclamó su liberación. Ese mismo año se casó con María Eva Duarte, que desempeñó un papel político importante durante su primera presidencia.

En las elecciones de 1946, Juan Domingo Perón se presentó como candidato a presidente y resultó triunfador. Tiempo después fusionó los tres partidos que habían sostenido su candidatura para crear primero el Partido Único de la Revolución y luego el Partido Peronista.

 

Tras la Reforma Constitucional de 1949, fue reelegido en 1951 en las primeras elecciones realizadas con participación de mujeres y varones en Argentina.

Además de continuar con sus políticas en pos de favorecer a los sectores más postergados, su gobierno se caracterizó por implementar una línea nacionalista e industrialista.

En el último año de su gobierno, se enfrentó con la Iglesia Católica acrecentando el enfrentamiento entre peronistas y antiperonistas.

Tras una serie de hechos de violencia por parte de grupos civiles y militares antiperonistas, especialmente del bombardeo de la Plaza de Mayo a mediados de 1955, Perón fue derrocado por un golpe de Estado.

La dictadura subsiguiente proscribió al peronismo de la vida política y derogó la reforma constitucional, que incluía medidas de resguardo de los sectores sociales más bajos y la igualdad jurídica de varones y mujeres.

Tras su derrocamiento, Perón se exilió en Paraguay, Panamá, Nicaragua, Venezuela, República Dominicana y finalmente en España. Viudo desde 1952, durante estadía fuera de Argentina se casó con María Estela Martínez Cartas, conocida como «Isabel».

Con Perón aún proscrito, el peronismo -con Héctor Cámpora a la cabeza- ganó las elecciones en marzo de ese año, abriendo el período conocido como tercer peronismo.

Perón regresó al país el 20 de junio de 1973. Ese día, durante el acto preparado para recibirlo, se produjo un tiroteo en el que estuvieron involucrados sectores del peronismo «ortodoxo» ubicados en el palco y sectores juveniles ligados a Montoneros. El hecho es conocido como la Masacre de Ezeiza y tuvo un saldo de 13 muertos y 365 heridos.

Tras este hecho, Perón dio un amplio respaldo a los sectores «ortodoxos» de su partido, algunos de los cuales a su vez crearon el comando parapolicial conocido como la Triple A, destinado a perseguir y asesinar militantes calificados «de izquierda».

Con el país convulsionado internamente, Cámpora renunció el 13 de julio de 1973, dejando el camino libre para que Perón se presentara en las nuevas elecciones.

Tal es así que el ex mandatario se presentó junto a su esposa, como candidatos a presidente y vicepresidenta respectivamente, logrando un amplio triunfo.

En octubre de 1973 Perón asumió la presidencia, pero falleció a mediados de 1974, dejando el cargo en manos de la vicepresidenta, que fue derrocada sin haber terminado su mandato.